blue love cap 4

CAPITULO IV
A un mes de lo sucedido, Naoya visitaba en compañía de Aoe a un sonriente Youta que lucia su uniforme de colegio mientras servia el te a los invitados.
Youta era considerado un allegado de la familia, ya no mas un sirviente. Wataru había logrado obtener el resguardo del menor, no obstante, las cosas no habían cambiado mucho entre ellos, de ahí que decidiera hacer a un lado su orgullo para acercarse a Reiji.
Aoe le acompaño hasta su estudio, teniendo el pretexto de entablar una conversación de negocios.

- ¿Cómo lo hiciste? – interrogo sin tacto Wataru al solo cerrar la puerta.
- Hacer ¿Qué? – sonó desdeñoso.
- Que Naoya confiara en ti, que durmiera contigo, que este así de estupido por ti ¿Cómo lo hiciste? – Reiji no evito reír escandaloso al escucharle, haciendo que el muchacho se coloreara mientras giraba su rostro y evitaba enfadarse con el que podía darle consejo.
- Déjame adivinar – reía autosuficiente, divertido, disfrutando de ese momento mientras se sentaba ufano sobre la silla tras el escritorio - ¿no lo han hecho desde “ese” día?
- Youta volvió a dormir en su recamara – balbuceo molesto – solo me besa y eso pero de ahí huye a la mas minima provocación de volver a hacerlo.
- Es extraño – dijo pensativo – no le dolió, la droga que Sakura le puso debía evitar el dolor.
- Tienes que recordarme que todo fue una treta ¿cierto? – recriminaba enfadado, arrepintiéndose de haber pedido ayuda.
- No, solo entiendo lo que pasa – afirmo confiado, sonriendo malicioso – Youta tiene miedo, no del dolor, sino de perder lo que tiene. Va a sonar estupido pero, si es como dicen que se le parece un poco a Naoya – comento incrédulo, para Reiji nadie podía ser mínimamente parecido a su Naoya – probablemente tiene miedo de perderte, de que lo botes.
- ¡pero no lo haré! – grito, logrando que Reiji cubriera su oído izquierdo
- ¡No me lo digas a mí! – reprendió – vas a tener que presionarlo. Oblígalo a dormir contigo, déjale en claro que no toleraras que siga durmiendo aparte.
- ¡eso es fácil decirlo! – le respondía desafiante, acercando su rostro al del mayor que le veía molesto.
- ¡Si yo pude creo que tú también puedes!.
- ¡¿Qué?! – se coloreaba – tú. . .tú y Naoya ¿pasaron por esto?- Reiji suspiro profundo, no tenia por que avergonzarse.
- Youta debe tener dudas, miedos – hablo seriamente – se firme, pero no lo fuerces a hacer algo que no quiera. A menos que quieras volver a salvarlo de otra situación desesperada. . .
- ¿Cómo hacerlo?. . .
- No se, esa es tu tarea mocoso – dijo, golpeándole como acostumbraba: con uno de sus dedos sobre la frente. Saliendo del estudio con una sonrisa dibujada sobre su rostro.
- Espera – le frenaba a mitad del pasillo - ¿Cómo fue? ¿Qué hiciste? – Reiji froto pacientemente la parte alta de su nariz, respiro hondo. . .
- Vacíe una botella de vino sobre el sillón donde dormía Naoya mientras le decía que fuera “buen niño” y durmiera en la cama, conmigo – Reiji hablo rápidamente y en un tono bajo, haciendo a un lado al sorprendido muchacho una vez que termino de contar aquello, para amenazar a distancia en tono áspero – te matare si le dices algo de esto a Naoya.

Wataru espero paciente, pensando como hacer lo que Reiji había aconsejado. No podía vaciar una botella de vino sobre la cama de Youta, eso no funcionaba con ellos.
Al terminar la cena decidió esperar a Youta dentro de su recamara.

- ¿Qué haces aquí? – se sorprendió Youta al entrar a su habitación y verle sentado sobre la cama.
- He esperado, – hablo tranquilo, acercándose lentamente al menor que le veía temeroso – he sido paciente ¿Cuánto mas seguirás durmiendo lejos de mí? – le cuestiono mientras le sujetaba entre sus brazos con suavidad, sintiendo el ligero estremecimiento en el cuerpo de Youta – quiero estar contigo – susurro sobre su oído.
- Yo. . .no tengo “eso” dentro – murmuro, refiriéndose al estimulante - ¿va a doler?.
- Puede que no te guste, puede que te desagrade, yo no se. . .- comenzó a soltar sus dudas, sus miedos. Los que fueron callados por un sutil beso que de a poco se volvió más y más profundo.
- A partir de hoy – le dijo viendo esos oscuros ojos – dormirás en mi habitación como el “buen niño” que eres y que quiero.

Youta sonrió al escucharle decir lo último, aforrándose al cuerpo de Wataru mientras le besaba torpemente.
De esa noche la habitación de Youta quedo vacía mientras la de Wataru se llenaba no solo de ropas nuevas y de talla menor, sino de besos, caricias y. . .uno que otro disfraz.

FIN.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails