Tenemos especial aprecio por el yaoi, así que lo diré: somos pervertidas XD

Bueno, estoy en proceso evasivo hacia el trabajo, así que me puse a dar revisión a los fafics que colocaría el día de hoy. Claro que tuve que suplicar por ayuda, así que no lo hice sola.

Aprovechando, daré una pequeña aclaración, especialmente por el fic que me puse a corregir: los cambios hechos fueron con la mejor intención, por lo que espero que la autora perdone mi atrevimiento al cambiar palabras que ella notará inmediatamente XD. Viendo el tamaño de la letra que usaron para escribir comienzo a pensar que me hicieron trampa, pero no se preocupen, chicas, todo les perdono porque las amo.

Ya que están con tu completa atención en mi persona, quiero platicarles que esta semana fue especialmente dificil para mí. En serio, hay veces en que me pregunto lo que estaba pensnado cuando decidí estudiar y hacerme docente, sencillamente no alcanzo a vislumbrar la respuesta.

Sin contarles el incidente, les diré que fui regañada por una persona. Menos mal que él tiene una manera un poco... “aceptable” de decir las cosas y no tuve que encabronarme más de la cuenta. Lo rescatable de él es que terminó con un: “No dejes de escribir, quizá ahí puedas comcretar lo que ambicionas”, en resumen como profesora me irá de la real chingada XD.

En fin, creo ke sólo fue porque terminaron las vacaciones y empezaron los calores, todo a la vez. Espero que la situación regrese a la normalidad o habra 37 niños ahorcados en mis sueños xD.
FANFICS

BLUE BIRD

BLUE LOVE

ILUSIONES CONFUSAS, FANTASIAS ROJAS


Actualizaciones
Sex pistols c30

Kawaii hito cute C4 fin

mil besitos

Akiko Koori
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blue love extra

EPILOGO
Interrogatorio a Kiichi por parte de Haruomi luego de enterarse de su nueva jugarreta. . .

Haruomi: ¿Qué intención tenias de traer a Youta a casa?

Kiichi: la que mostré: vestirlo de diferentes cosas. Youta tiene una linda cara, no debemos desaprovechar la juventud y la belleza de los adolescentes (sonríe malicioso)

Haruomi: ¿Por qué fue Sakura tu opción para entrenarlo?

Kiichi: Porque Sakura tiene mucho talento. . .además de que sé sobre su complejo de hermano mayor y Youta tiene precisamente la edad de su hermanito. Pensé que seria divertido.

Haruomi: la palabra: akuma ¿te dice algo? (sigue sin creerlo capaz de tanto).

Kiichi: la utilizan mucho como sinónimo de mi nombre (sonríe travieso).

Haruomi: ¿Por qué entrenaste a Youta en casa?. . . ¿por qué dijiste que tomarle fotos y vestirlo como querías era su entrenamiento? (se colorea al recordar el manoseo de Kiichi sobre el muchachito)

Kiichi: No podía llevarlo al club, alguien podía tomarlo como un anfitrión y las cosas saldrían de control

Haruomi: al menos pensaste en su seguridad (respira tranquilo)
Kiichi: si, pero también en la comodidad. Si Reiji se enteraba que lo vestiría yo mismo y que escogería los atuendos seguramente tendríamos una seria discusión (respondió realmente serio).

Haruomi: Lo sabia (llora resignado), solo pensaste en ti.

Kiichi: Tú también te divertiste (se acerca seductor) me dirás que no fue tu motivación para esa noche ¿mmm...? (acaricia lascivo a un enrojecido Haruomi que opta por alejarlo)

Haruomi: (Aclara su garganta) ¿Por qué le diste los chocolates? El es menor. . .

Kiichi: ¿tengo que responder a eso? (Haruomi lo ve serio, suspira resignado a responder) pensé que surtiría efecto como con Reiji. Lamento que su relación no fuera tan cercana como la de mi hermano y Naoya, de haberlo estado los chocolates habrían sido suficiente (afirma confiado, es todo un experto)

Haruomi: ¿Por qué vestirlo de mucama?. . . ¿por que los disfraces?

Kiichi: Esta claro que los disfraces son del agrado de Wataru. . .

Haruomi: No creo. . . (Gotita)

Kiichi: Si lo son, recuerdo claramente cuando Naoya se disfrazo en noche de brujas y Wataru mojo sus pantalones. . .

Haruomi: ¿Cómo recuerdas eso? Fue hace mucho tiempo, Wataru era un niño. . .

Kiichi: Pensé que ese dato algún día me seria útil. . .Wataru tiene un fetiche por los disfraces (sonríe malicioso)

Haruomi: ¿Por qué Youta? ¿Cómo sabias que existía atracción?

Kiichi: Eso es fácil una vez que convives con alguien como Reiji (en algún lugar estornuda el presidente del Blue Boys) suelen ver de “ese modo” todo lo que consideran de su propiedad. Wataru veía así a Youta cada vez que lo visitaba.

Haruomi: ¿eso no es normal? Cualquiera te ve de ese modo cuando estas manoseando a alguien.

Kiichi: La gente común no lo hace, solo los del tipo como Reiji y Wataru. Los que son como Naoya o Youta simplemente confían y les agrada mi sonrisa, no pueden negarse (sonríe amistosamente, deslumbrando a Haruomi que tiene que cubrir sus ojos debido al resplandor)


Y esto ha sido todo, sobra decir que la relación entre Kiichi y Haruomi es de lo más estable.
¡Arigato por leer!
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blue love cap 4

CAPITULO IV
A un mes de lo sucedido, Naoya visitaba en compañía de Aoe a un sonriente Youta que lucia su uniforme de colegio mientras servia el te a los invitados.
Youta era considerado un allegado de la familia, ya no mas un sirviente. Wataru había logrado obtener el resguardo del menor, no obstante, las cosas no habían cambiado mucho entre ellos, de ahí que decidiera hacer a un lado su orgullo para acercarse a Reiji.
Aoe le acompaño hasta su estudio, teniendo el pretexto de entablar una conversación de negocios.

- ¿Cómo lo hiciste? – interrogo sin tacto Wataru al solo cerrar la puerta.
- Hacer ¿Qué? – sonó desdeñoso.
- Que Naoya confiara en ti, que durmiera contigo, que este así de estupido por ti ¿Cómo lo hiciste? – Reiji no evito reír escandaloso al escucharle, haciendo que el muchacho se coloreara mientras giraba su rostro y evitaba enfadarse con el que podía darle consejo.
- Déjame adivinar – reía autosuficiente, divertido, disfrutando de ese momento mientras se sentaba ufano sobre la silla tras el escritorio - ¿no lo han hecho desde “ese” día?
- Youta volvió a dormir en su recamara – balbuceo molesto – solo me besa y eso pero de ahí huye a la mas minima provocación de volver a hacerlo.
- Es extraño – dijo pensativo – no le dolió, la droga que Sakura le puso debía evitar el dolor.
- Tienes que recordarme que todo fue una treta ¿cierto? – recriminaba enfadado, arrepintiéndose de haber pedido ayuda.
- No, solo entiendo lo que pasa – afirmo confiado, sonriendo malicioso – Youta tiene miedo, no del dolor, sino de perder lo que tiene. Va a sonar estupido pero, si es como dicen que se le parece un poco a Naoya – comento incrédulo, para Reiji nadie podía ser mínimamente parecido a su Naoya – probablemente tiene miedo de perderte, de que lo botes.
- ¡pero no lo haré! – grito, logrando que Reiji cubriera su oído izquierdo
- ¡No me lo digas a mí! – reprendió – vas a tener que presionarlo. Oblígalo a dormir contigo, déjale en claro que no toleraras que siga durmiendo aparte.
- ¡eso es fácil decirlo! – le respondía desafiante, acercando su rostro al del mayor que le veía molesto.
- ¡Si yo pude creo que tú también puedes!.
- ¡¿Qué?! – se coloreaba – tú. . .tú y Naoya ¿pasaron por esto?- Reiji suspiro profundo, no tenia por que avergonzarse.
- Youta debe tener dudas, miedos – hablo seriamente – se firme, pero no lo fuerces a hacer algo que no quiera. A menos que quieras volver a salvarlo de otra situación desesperada. . .
- ¿Cómo hacerlo?. . .
- No se, esa es tu tarea mocoso – dijo, golpeándole como acostumbraba: con uno de sus dedos sobre la frente. Saliendo del estudio con una sonrisa dibujada sobre su rostro.
- Espera – le frenaba a mitad del pasillo - ¿Cómo fue? ¿Qué hiciste? – Reiji froto pacientemente la parte alta de su nariz, respiro hondo. . .
- Vacíe una botella de vino sobre el sillón donde dormía Naoya mientras le decía que fuera “buen niño” y durmiera en la cama, conmigo – Reiji hablo rápidamente y en un tono bajo, haciendo a un lado al sorprendido muchacho una vez que termino de contar aquello, para amenazar a distancia en tono áspero – te matare si le dices algo de esto a Naoya.

Wataru espero paciente, pensando como hacer lo que Reiji había aconsejado. No podía vaciar una botella de vino sobre la cama de Youta, eso no funcionaba con ellos.
Al terminar la cena decidió esperar a Youta dentro de su recamara.

- ¿Qué haces aquí? – se sorprendió Youta al entrar a su habitación y verle sentado sobre la cama.
- He esperado, – hablo tranquilo, acercándose lentamente al menor que le veía temeroso – he sido paciente ¿Cuánto mas seguirás durmiendo lejos de mí? – le cuestiono mientras le sujetaba entre sus brazos con suavidad, sintiendo el ligero estremecimiento en el cuerpo de Youta – quiero estar contigo – susurro sobre su oído.
- Yo. . .no tengo “eso” dentro – murmuro, refiriéndose al estimulante - ¿va a doler?.
- Puede que no te guste, puede que te desagrade, yo no se. . .- comenzó a soltar sus dudas, sus miedos. Los que fueron callados por un sutil beso que de a poco se volvió más y más profundo.
- A partir de hoy – le dijo viendo esos oscuros ojos – dormirás en mi habitación como el “buen niño” que eres y que quiero.

Youta sonrió al escucharle decir lo último, aforrándose al cuerpo de Wataru mientras le besaba torpemente.
De esa noche la habitación de Youta quedo vacía mientras la de Wataru se llenaba no solo de ropas nuevas y de talla menor, sino de besos, caricias y. . .uno que otro disfraz.

FIN.
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blue love cap 3

CAPITULO III
Siendo las seis de la mañana del lunes el teléfono sonaba insistente dentro de la casa Haitani. Una de las sirvientas atendió el llamado que fue dado al amo de la casa quien se enfureció al reconocer el cínico saludo.

- ¿Cómo te atreves a llamar luego de lo que haces? – soltó molesto Wataru a un “inocente” Kiichi.
- ¿Pero que hice? Solo llamaba para saludar a Youta – sonaba animado.
- ¡No! – volvía a vociferar, atrayendo la atención del muchachito que entraba al comedor vestido con su uniforme escolar - escúchame bien – amenazaba mas calmado al ver la mirada asustada de Youta – tienes prohibido acercarte a Youta, tienes prohibido volver a sacarlo de sus lecciones y mucho mas el darle ese tipo de “obsequios”.
- Pero si eso fue solo un malentendido – se explicaba Kiichi – Youta debió tomar la caja equivocada, yo claramente le dije que tomara la caja de chocolates de la derecha.
- ¡¿Cómo vas a mezclar un tipo de chocolate con otro?! –volvió a enfurecerse, logrando un respingo en el delgado cuerpo sentado a su lado luego de verlo azotar el aparato sobre la mesa - ¡te prohíbo que salgas con Kiichi! – le amenazo, sin importarle la mirada de enfado que el menor le dedicaba – a partir de hoy he encargado a alguien para que te lleve y te recoja de las lecciones.
- Pero. . .- intentaba defenderse Youta. El no era un niño y no quería que lo tratasen como si lo fuera.
- He dicho – sentencio el mayor. Viéndole de esa forma que bien sabía era decisiva.

Youta salio malhumorado, detestaba que Wataru solo le viera como a un crío, detestaba que le despreciara y mas que lo sobreprotegiera con el afán de no tener problemas con Naoya. Porque a eso se debía la vigilancia, Youta no creía que Wataru realmente se encontrara preocupado por el, estaba convencido que todo aquello tenia el único fin de no contrariar a Naoya.
Pasado el medio día un cabizbajo Youta resentía la ira de Wataru, quien había decidido inscribirlo de lleno en el instituto sin importarle el hecho de no haber concluido su regularización. Suspiraba resignado cuando claramente escuchaba su nombre por el altavoz, siendo solicitado en la sala de profesores.
Se sorprendió al ver a un risueño Kiichi saludando a lado de su profesor, quien sostenía un documento medico, el que le daba la salida para que se le realizara una serie de estudios. Fue esa treta la que le permitió salir del colegio en compañía de Kiichi quien le decía que ya se encontraba listo para comenzar a trabajar dentro del club.
Youta pareció titubear por un momento. . .

- Wataru me dijo que no debía . . .- balbuceaba apenado, logrando dibujar un gesto divertido en el rostro de Kiichi que comprendía a la perfección los sentimientos del muchacho.
- ¿Salir conmigo? –completo la frase – decide Youta: saldas tu deuda con Wataru y le demuestras que ya no eres un niño o le obedeces y sigues siendo tratado como hasta ahora hasta que el se canse de tener a alguien tan infantil como tu – el pelinegro le vio molesto. Quería demostrarle a Wataru que el ya no era un niño, quería que le viera como algo mas, que le tomara en serio.
- Voy a saldar mi deuda – respondió .
- Bien. . – sonreía Kiichi. Conduciéndolo hasta el automóvil donde Haruomi les aguardaba para conducirlos al edificio del consorcio Aoe.

Para las cuatro de la tarde Wataru se encontraba un paso más allá de la histeria. El chofer le había informado sobre la ausencia de Youta en el colegio al que fue para encontrarse con la solicitud de exámenes médicos firmada nada menos que por el supuesto medico de cabecera del estudiante. Había ido a la residencia Aoe para encontrarla vacía, habiendo registrado cada habitación por si mismo muy a pesar de la servidumbre a la que Kiichi había dejado la instrucción de permitirle el paso. Llamaba al móvil del medico y sonaba fuera de servicio.
Wataru conducía sin rumbo hasta que una luz roja detuvo su marcha, respiro hondo y sintió que el aliento le volvía. Giro el vehiculo mientras hacia una llamada. . .

- ¡¿Dónde esta?! – grito ni bien escucho que le respondieron. Reiji, que ya esperaba algo así, mantenía el aparato alejado de su cabeza.
- ¿Quién? – le molestaba, le encantaba sacar de sus casillas al mocoso.
- ¡Sabes perfectamente que estoy hablando de Youta! – reclamo - ¡tu pervertido hermano lo secuestro de la escuela esta mañana!
- Ah, hablas del mocoso nuevo – sonó indiferente mientras Wataru sentía que el aliento le faltaba.
- ¿Qué quieres decir?
- Ven a la oficina, te espero para entregarte tu dinero.

Reiji colgó dejando a un pálido Wataru que tembloroso veía su móvil. Acelero el vehiculo para llegar cuanto antes al club de Aoe. En la recepción le estaba esperando Kashima para conducirlo a la oficina del presidente.

- Entrégame a Youta – exigió al entrar a la oficina y ver a Reiji cómodamente sentado tras su escritorio.
- Aquí lo tienes – extendía un cheque por poco mas de cincuenta millones a Wataru, quien le veía incrédulo.
- ¿Qué es esto? – preguntó en medio de una sonrisa irónica. ¿Qué se suponía que representaba eso?
- Es el pago de la deuda de Youta, te estoy comprando su deuda – explicaba serio Aoe
- ¡¿Qué crees que es Youta?! – azotaba el cheque sobre el escritorio, queriendo saltar sobre un malencarado Aoe.
- El mocoso vino a mi pidiéndome saldar su deuda contigo – soltó Reiji viéndole desafiante.
- Eso no es cierto. . .- balbuceo Wataru – Youta no haría eso. . .
- Pues lo hizo – aseguro Aoe – así que tu tienes tu pago y el tiene una ocupación – arrojaba una carpeta sobre el escritorio. carpeta que abrió Wataru, sorprendiéndose al ver el contenido.
- ¿verdad que luce muy bien? – preguntaba Kiichi, que al entrar a la oficina se había percatado de que Reiji ya le había entregado las fotografías a Wataru.
- ¿Qué es esto? – murmuro el sorprendido muchacho al ver las fotografías de Youta vistiendo diversos atuendos: uno de colegial, de sirvienta, de jugador de soccer, en traje de baño escolar, incluso de maleante.
- Acabamos de remodelar varios pisos del complejo – explicaba Reiji – la razón es la inauguración de una nueva sección dentro del club, solo para miembros exclusivos. La “Blue Love” es una zona donde los sueños se hacen realidad – sonreía malicioso ante la ingenua mirada de Wataru.
- Aquí los clientes son capaces de cumplir sus fantasías – terminaba de explicar Kiichi, conduciendo al visitante a la zona de cámaras, donde pidió monitorear el área del “Blue Love” - ¿has pensado tener sexo en un vagón de tren? – interrogaba al tiempo que señalaba una pantalla donde se mostraba claramente un vagón de tren donde una pareja mantenía relaciones sin importar las demás personas a su alrededor.
- Pero. . .- quería entender Wataru.
- Es falso – explico Reiji – remodelamos las habitaciones de los pisos ocho a doce con diferentes escenarios: vagón de tren, de metro, autobús, salón de clases, interior de un avión, bodega de deportes de colegio, cafetería, un bar. . .todos aquellos rincones donde la gente alguna vez ha tenido la fantasía de tener relaciones. . .
- Así es – siguió Kiichi – brindamos a nuestros clientes el lugar para cumplir sus fantasías y a la persona adecuada para llevarlas a cabo – señalaba las imágenes de Youta.
- Resulta ser que el mocoso encaja a la perfección con el concepto – dijo Reiji – es bastante versátil con los disfraces así que no dudo que termine de pagar su deuda rápidamente, será de los mas cotizados en este concepto – sonrío malicioso ante la molesta mirada de Wataru – ve tu mismo – señalo una pantalla donde se apreciaba un salón de te en donde Youta forcejeaba envuelto en un atuendo de mucama con un sujeto que no dejaba de masturbarlo.
- ¿Qué habitación es esa? – exigió Wataru a un intimidado operador que luego de ver a Reiji respondió.
- Piso nueve, habitación del te, es la numero 907 – Wataru salio molesto.
- El mocoso trabaja para mi – señalo Reiji.
- Eso no es cierto – afirmo Wataru al tiempo que rasgaba el cheque y las fotografías para lanzarlas al aire, saliendo a toda prisa de la oficina.
- ¿contento? – interrogo Aoe a su hermano.
- Pensé que los chocolates bastarían – suspiro resignado.
- ¡¿Le diste chocolates a Youta?!- regañaba Reiji a Kiichi - ¡¿cuándo dejarás de hacer esas cosas?!
- Funciono contigo. . .además esa practica es algo que tu también haces – callo malicioso a su hermano.
- Señor – interrumpía el empleado - ¿llamo a seguridad?
- No, Sakura sabe que hacer – sonrió nuevamente con malicia Kiichi mientras Reiji asentía cómplice.

Wataru corría a toda velocidad, tomo el ascensor hasta llegar al noveno piso y la habitación 907, la que abrió de una patada para enfurecerse al ver como Youta era estrujado por un sujeto que no distaba mucho de su edad. El de cabellera castaña sostenía sobre sus piernas a un excitado Youta que gemía ante las caricias que le propinaba sobre su erección.

- ¡Suéltalo! – ordeno Wataru al tiempo que golpeaba a Sakura para arrebatarle a un desorientado Youta que fue jalado fuera de la habitación y del edificio. - ¡¿Qué demonios piensas?! – grito furioso al momento de subir al asustado Youta al automóvil.
- Aoe san pagaría mi deuda contigo – dijo enfadado, sujetando el volumen de la corta falda que llevaba puesta.

Hasta ese momento fue que Wataru noto la exótica vestimenta de Youta. Había sacado al muchachito con el disfraz de mucama puesto, tenia a Youta dentro del auto con un corto vestido negro de mandil y adornados listones blancos al igual que las medias que se resbalaban ligeramente sobre la pálida piel de sus entreabiertas piernas debido a la carrera que le hizo tener.

- Iremos a la casa – sentencio Wataru ante la mueca del menor.
- Tu solo me quieres ahí para que Naoya san no se enfade contigo – lloriqueo Youta – ¡si tanto quieres a Naoya san ve y haz algo por ti mismo!. . .no me utilices – susurro lo ultimo entre su llanto.
- ¡BAKA! – grito enfadado Wataru - ¿Quién te esta utilizando para eso? ¡Naoya es mi hermano! – sorprendió a Youta con su declaración y a si mismo, al confesarse finalmente que los celos como otuoto le estaban consumiendo – tengo complejo de hermano menor – dijo ruborizándose.
- Entonces. . .- se acercaba inocente Youta - ¿puedes quererme a mí? – el muchachito sintió que había oportunidad para el de tener una familia, de ya no estar solo mientras Wataru solo podía verle sobre su cuerpo a medias, estrujando uno de los desnudos glúteos, recordándoles a ambos la inexistencia de ropa interior - ¡ah! – jadeo Youta, cubriendo su boca al tiempo que se coloreaba.
- Vamos a casa – dijo con desesperación Wataru mientras lamia malicioso sus labios, estrujando descarado ambos glúteos, logrando con ello un nuevo y mas intenso gemido por parte del pequeño pelinegro que fue rápidamente callado por ese necesitado beso que le propinaba el mayor mientras le acomodaba suavemente sobre el asiendo trasero del auto.

Al llegar a la residencia Haitani, Youta fue nuevamente jalado, conducido del brazo hasta la habitación del mayor ante la sorprendida y escandalizada mirada de algunas mucamas y el mismo Yaegashi.
Wataru no se detuvo hasta haberlo tumbado sobre su cama, donde el muchachito se quejo para ser nuevamente callado por la ansiosa boca de su jefe que no dejaba de besarlo. Youta se ruborizaba al sentir esa lengua abriéndose paso dentro de su cavidad mientras sus manos peleaban por detener el paso del las adiestradas manos de Wataru que se perdían por encima y debajo de sus ropas.

- ¡Ah! – se quejo Youta, asustando al mayor que se separo ligeramente para verle preocupado.
- ¿Qué pasa? ¿te lastime? – acariciaba tierno al muchacho que le veía lagrimeante
- Algo. . .- murmuro lloroso mientras juntaba sus piernas – ese tipo me puso algo adentro- Wataru le vio sin saber si debía excitarse con eso o alarmarse. Difícil de decidir al ver a Youta en esa postura sobre la cama y con ese atuendo que no podía explicar el porque le enloquecía tanto.
- Espera. . .- humedecía sus labios, quería calmar a Youta, quería que no se asustara – voy a revisarte.

Wataru sujeto con fuerza a Youta, quien no se veía muy convencido sobre lo que hacia. Deslizo su mano hasta los glúteos, abriéndose paso entre caricias hasta toparse con la entrada de Youta que jadeaba al sentirle. . .

- Estas húmedo y muy dilatado – Wataru introducía con facilidad un par de falanges dentro del cuerpo de Youta. Extasiándose al verle gemir entre sus brazos
- Se siente. . .caliente. . .- decía entre jadeos.
- Debió ser algún afrodisíaco – explico mientras le besaba intoxicado el cuello. Sorprendiéndose al sentir ese agarre sobre su ropa.
- No me dejes – suplicaba a media voz Youta.
- ¿Por qué te dejaría? – le calmaba.
- Por que soy un niño, eso dijiste la ultima vez y me dejaste- reclamo mientras cedía al ritmo impuesto por la mano de Wataru.
- Tonto – rió satisfecho – si te deje fue porque pensé que podría hacerte daño pero . . .- volvió a besarle profundamente, introduciendo sin vergüenza su lengua hasta dejar al menor sin aliento – me doy cuenta de que eres bastante fuerte – declaro mientras se deleitaba al verle moverse necesitado, deseoso por su tacto.

Wataru le beso hasta saciarse, bajando de sus labios al cuello para regresar a ese ruborizado rostro y volver al cuello. Al cabo de unos minutos el mayor se despojaba de sus ropas ante la inocente mirada de Youta quien se retiro un par de listones a modo de aflojar su atuendo.

- No – le detuvo Wataru.
- Pero tu. . .
- tu estas bien así – explico excitado Wataru, acariciando lascivo las piernas sobre las medias mientras las separaba con suavidad hasta ubicarse sobre el erecto miembro de Youta, que gimió al sentir su respiración sobre tan sensible zona.
- Wataru. . .- jadeo tembloroso Youta al sentir como el mayor le lamia e introducía su pequeño miembro dentro de su boca.

El mayor saboreo aquella parte hasta sentirla derramarse dentro de su boca, sonriendo con malicia al ver que la erección no cedía. Definitivamente Youta había sido drogado, su entrada destilaba una humedad perfumada, era evidente que le habían introducido una capsula estimulante. Wataru retiro la blusa del pecho de Youta, dejándole únicamente el pequeño mandil que cubría a medias sus sonrosados pezones, los que estrujo y lamió mientras se frotaba sobre la excitada entrada del muchacho que jadeaba bajo su cuerpo. Separo aun mas sus piernas, apreciándole aun erguido, con sus ojitos llorosos y el delgado cuerpo sonrosado. Lamió sus labios mientras se rozaba con más descaro, disfrutando al verlo estremecerse y gimiendo bajo su cuerpo.

- Por favor. . .- suplico finalmente Youta, estrujando las sabanas en espera de saciar su excitación.
- Esta bien – jadeo deseoso Wataru, introduciéndose de a poco en esa tibia carne. Estrujando las piernas de Youta intentando atraerle aun mas hacia su cuerpo.

Bajo su torso para clavarse totalmente dentro de la calidez que le brindaba el agitado muchacho. Le beso hambriento para poder comenzar a moverse, jadeando sobre el enrojecido rostro de Youta que cerraba sus ojos a modo de dejarse llevar pues sentía hervir su sangre, que su corazón saltaría fuera de su pecho y que su pene explotaría debido a la excitación. Sin pensarlo jadeaba el nombre de Wataru, a cada embestida, a cada mordida que el mayor le acomodaba sobre la piel mientras el se sujetaba de su espalda, mientras le besaba la desnudes del torso, envolviéndole entre sus piernas las que se resbalaban debido a las medias que a tirones decidió retirar Wataru.
Youta elevaba necesitado su pelvis, acoplándose con el movimiento de su amante quien decidió cambiar los papeles al tirar del delgado cuerpo para acomodarlo sobre el suyo. Wataru se deleito al verlo montado sobre él, su pene se dejaba ver ligeramente bajo el arrebolado fondo de la falda y el delantal se escurría sobre sus hombros dejándole apreciar al máximo la desnudes del pecho del excitado muchacho.

- Muévete un poco – ordeno lamiendo ansioso sus labios. Disfrutando de tener a Youta de ese modo mientras el menor intentaba satisfacerle al tiempo que saciaba su necesidad por sentirle.
- ¿Así? – jadeo, apoyándose con delicadeza sobre el pecho de Wataru que ceñía sus facciones debido al esfuerzo que sus cadenciosas embestidas generaban.
- . . .- el mayor solo asintió mientras le sujetaba de la cintura con una mano, levantando la arrebolada falda con la otra para apreciar de mejor forma la actividad. Jadeando al ver la pequeña hombría de Youta frotándose sobre su abdomen.

El ritmo se acelero, Wataru saciaba su deseo frotándose afanosamente dentro de la apretada cavidad. Youta le ceñía con sus piernas, gimiendo mientras se masturbaba por instinto, logrando esparcir su semilla sobre el pecho de su amante que le tumbo nuevamente sobre la cama. Elevando sus piernas a modo de penetrarle mas a fondo.
Youta gemía sobreexcitado, sujetándose del cuerpo del mayor que le besaba a medias mientras le acariciaba con torpeza.
Wataru sentía venir su orgasmo, quería llenar a su amante, hacerlo suyo. Sujetó con fuerza la pelvis del pelinegro para embestirle con brios, para descargarse en lo más profundo de ese cuerpo, para saciar su deseo por Youta.

- No vuelvas a hacer una tontería así – regaño a un apenado Youta que se acomodaba sobre su pecho respirando agitadamente.
- Lo siento – murmuro, dejándose arropar entre los brazos de Wataru.
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blue love capitulo 2

CAPITULO II
Youta ya llevaba un par de meses dentro de la casa Haitani, tiempo durante el cual prestaba sus servicios a la entera atención del joven amo de la casa. Siendo frecuentemente visitado por Naoya y, de entre esas veces, un par de ellas fue acompañado por un malencarado Aoe o por un insistente Kiichi, de quien se podía decir ya tenia ganada la confianza del muchachito.
Wataru le permitía atender a sus visitas y siempre estaba presente, molestándose por esas miradas de Aoe o esos innecesarios acercamientos de Kiichi sobre Youta, que no parecía darse cuenta en lo absoluto de las intensiones del medico.
El amo de la casa suspiro cansado, acababa de marcharse Naoya y Reiji. Últimamente el recibir sus visitas ya no resultaba tan placentero como antes ni esos gestos de afecto entre ellos le resultaban tan desagradables. Últimamente podía decirse que era inmune a todo lo proveniente de esa pareja. No obstante, era entretenido ver el rostro de Youta en reacción al comportamiento entre ellos. Sonrió nuevamente al recordar el reciente gesto que ese roce entre los mayores genero en Youta, quien recogía el servicio al tiempo que cuestionaba a su jefe

- Naoya y Aoe san tienen “ese” tipo de relación ¿verdad? – Wataru escupió el te por inercia al escucharle decir eso. La mirada inocente de Youta le veía respirando agitado y limpiándose los labios
- Pues. . .si, ellos son “unidos” – respondió nervioso
- Ya veo – dijo pensativo Youta – de no verlo, nunca hubiera creído que se podría formar una familia de entre desconocidos – Wataru le vio incrédulo. Youta se refería a su manera de apoyarse el uno del otro, a la convivencia entre ambos y no a. . .
- Jajajajaja – el mayor río a todo pulmón, enojando a Youta que no entendía la causa de su diversión – eres demasiado tonto

Youta salio enfadado de la habitación, no se quedaría a verle mofarse de el. Wataru respiro con calma, luego se disculparía con el pelinegro o le daría alguna cosa que le obligara a disculparle. Ese era un truco que recientemente había aprendido, luego de ver como una de las cocineras había ganado la confianza del mocoso al prepararle o apartar una ración especial de Mouse de chocolate. Youta simplemente sonreía agradecido y ayudaba sin rechistar en las pesadas labores de la cocina.

- Señor – le llamaba Yaegashi al tiempo que entrecerraba la puerta del estudio- el joven Naoya ha confirmado su visita de mañana
- Entonces asegúrate de tener libre mi agenda en ese horario, deseo estar en casa para cuando Naoya venga
- Considérelo hecho – sonreía cómplice Yaegashi - al menos eso se obtiene de mantener a ese muchacho en la casa – se quejaba el secretario quien seguía sin tolerar el carácter de Youta
- Por que otra razón lo mantendría en la casa – Wataru reía sarcástico, sin notar como un sorprendido Youta contenía el aliento tras la puerta. Había olvidado retirar el servicio y por temor a ser reprendido en la cocina decidió volver por el, topándose con esa conversación – si botaba a Youta seguramente Naoya habría dejado de hablarme por mucho tiempo. Al mantenerlo aquí Naoya viene mas seguido a la casa y yo no tengo problemas con Aoe por eso.
- Cierto, si solo le hubiera dejado por obligarle a pagar esa deuda pasarían años antes de que el mocoso lograse pagar todo lo que debe

Youta se alejo lloroso del lugar, no entendía por que escuchar eso le dolía. Se reclamo en su habitación la torpeza de haber faltado a su promesa de no confiar en las personas. “Nadie da algo a cambio de nada” esa era su filosofía ¿en que momento la había perdido?
El pelinegro rebusco entre sus cosas hasta encontrar aquella tarjeta que Kiichi le había dado durante una de sus visitas, en silencio se escabullo hasta una de las habitaciones desde la cual podía realizar esa llamada

- ¿Kiichi san? – intento no sonar desesperado pero lo lloroso de su voz era perceptible a mas de que estaba claro que hablaba casi en un susurro.
- No, ¿Quién le llama? – preguntaba Haruomi mientras hacia señas a Kiichi para que dejara de beber su te y se acercara a escuchar.
- Hem. . . ¿se encuentra Kiichi san?
- ¡Youta! – arrebato el teléfono de las manos de Haruomi.
- Kiichi san yo. . .- quería ser fuerte pero nuevamente el llanto afloraba. Una vez mas faltaba a su regla de no confiar pero.
- ¿Estas bien Youta? ¿necesitas algo? Sabes que puedes confiar en mi
- Necesito trabajar. . .
- ¿Trabajar? Pero si estas en casa de Haitani, ya no tienes una deuda y tu trabajo es bueno.
- Necesito pagar mi deuda a Wataru cuanto antes. . .- Youta contó a Kiichi lo recién descubierto.

Kiichi respiro profundo luego de dar las indicaciones al menor y colgar. Haruomi le veía curioso, sabía que Kiichi tramaba algo por las cosas que había dicho a Youta.
Esa noche los hermanos Aoe se reunieron a petición del mayor quien planteo su plan a Reiji.

- Cierto que Wataru necesita un escarmiento – reconoció Reiji – pero ¿Por qué Youta? No creo que ese mocoso le interese en lo mas mínimo.
- Como siempre Reiji, no eres capaz de ver los detalles – sonrío divertido Kiichi – tu solo encárgate de hacer las cosas de acuerdo al plan, yo no me equivoco- Haruomi solo rezaba en sus adentros por que aquello fuera cierto.
- Eso espero, de lo contrario tu serás el encargado de darle las explicaciones a Naoya.

Kiichi sonrió malicioso cosa que preocupaba a los dos hombres que compartían la misma habitación.
Durante la semana Youta siguió las instrucciones de Kiichi, creyendo que al hacerlo estaba realizando su entrenamiento para ingresar al club de Reiji como anfitrión.
“esa es la nunca alternativa para obtener rápidamente el dinero. Yo personalmente convenceré a Reiji de saldar toda la deuda a cambio de que te quedes a trabajar en el club” esas fueron las palabras de Kiichi y Youta creía ciegamente en ellas.
Kiichi le había ordenado faltar a sus asignaturas, las que a petición de Naoya le habían dejado cursar para que normalizara su educación. Youta se encontraba con Kiichi cada mañana dentro de la residencia Aoe donde el experimentado sensei se encargaba de adiestrar al supuesto nuevo trabajador del club.
Todo marchaba de acuerdo al plan, la primera semana de entrenamiento estaba por concluir cuando un malhumorado Yaegashi abordaba a un cansado Wataru que volvía de la universidad y se disponía a descansar en su habitación.

- Señor – llamo afligido.
- ¿Qué sucede Yaegashi? – respondió con fastidio, deteniendo su andar para que le dieran alcance.
- Es sobre ese muchacho – Wataru giro algo sorprendido. Yaegashi siempre tenía quejas de Youta pero nunca alguna que le hicieran comportarse de un modo tan alterado. Vio fijamente a su secretario, exigiendo una explicación – Youta ha faltado a sus lecciones toda la semana. Acaba de llegar su asesor para dejarle sus deberes y confirmar su mejoría de salud.
- ¡¿Qué?! – Wataru no podía creer lo que escuchaba. Youta salía cada mañana, durante la semana entera había estado saliendo. - ¡¿Dónde esta Youta?!
- Aun no vuelve de sus lecciones – mascullaba molesto Yaegashi – incluso dejo aviso en la cocina de que volvería tarde, dio pretexto de que pasaría por un libro. . .

La mirada de Wataru era de temerse. Estrujo el papel que recién había arrebatado a Yaegashi, donde se hallaban las indicaciones de sus lecciones, para dirigirse encolerizado a la habitación de Youta. Reviso cada rincón de esta, cada cajón, cada espacio, no había nada. Youta se comportaba demasiado atento, durante la semana su carácter se le veía más risueño, más cooperativo. A cada momento Wataru sentía que su enojo crecía, creyó que finalmente Youta se había acostumbrado a ese ritmo de vida creyó que ya no tenia que preocuparse por el, que finalmente Youta le tenia confianza.
Pasaban de las siete cuando un agotado Youta se internaba en la enorme casa, intentando no ser visto, queriendo solo llegar a recostarse. Llego a su habitación, la que encontró iluminada, entro para toparse con un enfurecido Wataru sentado sobre su cama.

- ¿Dónde estabas? – cuestiono molesto
- Yo. . . me tarde en encontrar un libro. . .- se excuso Youta, sintiéndose sin ganas de recibir aquel regaño.
- ¡Mentira! – reclamo Wataru, poniéndose en pie para restregar el papel sobre la nariz de un agitado pelinegro – aquí dice que faltaste toda la semana, que argumentaste estar enfermo, que no... - el mayor ceso el reclamo al escucharle respirar de un modo tan irregular. Sujeto con fuerza a Youta para elevar su rostro y verle sudoroso, toco su frente y esta se sentía ligeramente afiebrada.
- No me siento bien. . .- declaro finalmente el muchachito que se dejo atrapar por el mayor.

Wataru le sujeto para acomodarlo sobre la cama, la respiración no era normal, su temperatura. Se asomo fuera para solicitar a Yaegashi llamar al medico con urgencia, algo no estaba bien con Youta.

- ¿Dónde has estado? – pregunto en tono preocupado a un semiinconsciente pelinegro que no respondió – Youta ¿Qué has estado haciendo? – le interrogo nuevamente enfadado, le desesperaba no saber lo que le sucedía.
- . . . – Wataru no recibió respuesta. Molesto tomo la mochila de Youta, botando su contenido fuera, queriendo encontrar algún indicio de su comportamiento, de su malestar y fue cuando el sonido de esa caja hueca le hizo abrir los ojos con espanto.
- ¿Por qué tienes esto? – interrogo, colocando la caja vacía de chocolates frente al rostro del muchacho - ¡¿Quién te dio esto?! – se desespero, agitando el débil cuerpo en busca de una respuesta. Wataru reconocía esa caja de uso exclusivo para el negocio de Aoe. Sabia de sus consecuencias debido a la prevención de Naoya, quien le advirtió a cierta edad sobre no aceptar ese tipo de obsequios por parte del hermano mayor de Aoe.
- Kiichi san me los dio. . .- lloriqueaba Youta – dijo que los comiera al llegar a casa pero. . .el camino se hizo largo y tenia hambre y. . .- el muchachito no pudo seguir debido al llanto generado por ver el enfurecido rostro de Wataru.
- ¡¿Te los comiste todos?! – volvió a agitarle molesto - ¡¿sabes que es esto?!
- Son solo chocolates – balbuceaba inocente Youta – Kiichi san me los dio por haberme portado bien durante la semana – soltó sin pensar, incrementando la molestia del mayor
- ¡¿estuviste con Kiichi toda la semana?! – Youta le vio asustado.

Wataru le vio furioso, sintió hervir la sangre al escucharle decir que los chocolates eran el producto de su “buen comportamiento”.
Yaegashi se asomo para informar sobre la llegada del medico pero fue echado de inmediato por su malencarado jefe que no paraba de gritar a Youta.

- ¿Por qué no le agrado? – pregunto Youta entre sollozos, calmando el enfado de Wataru al escucharle preguntar eso en aquel tono excitado.
- Tu me agradas. . .- respondió sin pensar.
- No es cierto, solo me tiene aquí para tener cerca a Naoya-san – sin darse cuenta, Youta tenia demasiado cerca de Wataru, el que aprovechaba el correr de la droga por aquel cuerpo para sujetarlo sin ser malinterpretado.
- ¿Kiichi te dijo eso? – interrogaba al tiempo que rozaba sus labios con los del tembloroso muchacho que agitaba nervioso la cabeza en una negativa.

Wataru detuvo aquel movimiento al imprimir sus labios sobre los del agitado muchacho que no opuso resistencia a su beso ni a las caricias que se dejaron sentir sobre su cuerpo. Youta sintió como su cuerpo era presionado sobre el colchón debido al peso del que se acomodaba sobre de el sin dejar de estrujarle o de besarle. Sin pensarlo el muchachito separo sus labios para gemir, asustándose no solo al escucharse sino al sentir esa humedad en su ropa interior. El mayor sonrió al percatarse de aquello, cosa que molesto a Youta al grado de empujarlo hasta alejarlo. La droga aun surtía efecto sobre su sistema, Wataru fácilmente habría podido recuperar su postura sobre ese necesitado cuerpo pero, sabía que eso solo lograría distanciarlo aun más con Youta.

- Niño. . .- soltó en medio de una sonrisa Wataru, para salir de la habitación de una buena vez antes de cambiar de opinión y ceder a su impulso por devorar a Youta.
- ¡No soy un niño! – vocifero el pelinegro sin entender el motivo de que lo abandonara – no soy. . . un niño – sollozo finalmente, maldiciendo el haberse comportado tan infantil.

Youta se hizo un ovillo sobre la cama, quería que ese ardor y ese calor sobre su cuerpo terminaran, que el dolor sobre sus genitales pasara de una vez. Quería que Wataru no se hubiera marchado, que le viera como lo hacia con Naoya. El pelinegro lloraba y ya no entendía si se debía a su malestar físico o al hecho de saberse rechazado por ese sujeto al que creía despreciar.
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blue love capitulo 1

CAPITULO I
Han pasado nueve años. Un respetado académico termina su cátedra dentro de la Universidad Central. Shirakawa Naoya, uno de los más importantes profesores de la plantilla del instituto deja el aula luego de dar a su clase las indicaciones para el trabajo próximo. Su delgada fisonomía y su estatura, sumado a su natural elegancia causa ese curioso efecto sobre las jóvenes estudiantes que suspiran o murmuran a su paso por los pasillos del recinto.
Unos pasos resuenan a su espalda y Naoya solo sonríe divertido al conocer el motivo de la carrera.

- ¡espera Naoya! – grita un furioso muchacho pelinegro que a toda velocidad le toma delantera para cerrarle el paso visiblemente agitado. El ahora profesor contiene ese impulso por reír divertido al ver a su pupilo recuperar el aliento, endereza su postura para golpearle la cabeza sin delicadeza - ¡¿Qué haces?! – vuelve a vociferar a tiempo que acaricia la zona agredida
- Eres el cabeza de la familia Haitani – reprendía Naoya retomando su camino - ¿Cuándo vas a entender eso Wataru?
- ¡Cuando no me dejes atrás luego de terminar la clase! – se quejaba en medio de una mueca que el mayor intentaba ignorar. Sin importar el paso del tiempo, Naoya no podía dejar de sentirse sobre protector en algunos aspectos de Wataru
- Di “sensei”, eso es lo que soy. Entiende tu posición Wataru
- Si, si, a diario es lo que Yaegashi y tu me dicen. . .- le veía receloso

Naoya sonrió divertido, esa escena se repetía a cada día. Wataru había elegido estudiar en esa universidad para estar cerca de el. De la muerte de su abuelo y muy a pesar de Aoe, Naoya acudía siempre a los llamados de Wataru, fuera por brindarle apoyo cuando parte de la familia quiso quitar el poder del pequeño o por simple sentimiento de protección. Wataru se había quedado solo, el era su única familia.

- regresa a la casa – volvía a insistir Wataru ya dentro de la oficina de Naoya, donde acomodaba su material a modo de ignorar al muchacho que cada tarde le seguía para insistir sobre lo mismo – en casa no te faltara nada
- Wataru tu siguiente periodo comenzara pronto – evadía a un malencarado joven que se negaba a partir acomodando sus largas piernas sobre la mesita frente al pequeño sillón que adornaba la habitación
- ¿Cuánto mas vas a ignorar mi petición? – reclamo
- ¿Cuánto más seguirás siendo egoísta? – respondió calmado, tomando su lugar tras el escritorio junto al ventanal
- ¡yo no soy egoísta! – colocaba su cuerpo al frente, queriendo atraer la mirada del mayor – somos familia, tu lugar esta conmigo. . . ¡Aoe Reiji es el egoísta al retenerte a su lado! – Naoya no pudo evitar reír ante tal afirmación. Wataru parecia un niño nuevamente
- Nadie me retiene Wataru, estoy con el porque así lo deseo. Pensé que eso había quedado claro hace tiempo – Wataru le vio con enfado – tu periodo esta por comenzar – insistió nuevamente. El muchacho se puso en pie para abandonar la oficina, su enfado era notorio pero eso a Naoya poco le importaba, conocía a Wataru lo suficiente como para saber que nuevamente lo tendría sobre de él al día siguiente.
- ¡Naoya! – saludaba alegre Kiichi, que asusto al muchacho que al abrir la puerta se lo topo de frente – ah Wataru-kun ¿no empezó ya tu siguiente periodo? – señalaba con su característico tono malicioso logrando que el menor abandonara con mas enfado la oficina
- Sensei – sonreía cómplice Naoya al mayor que entraba para ponerse cómodo sobre el sillón
- ¿A dónde iremos a comer? – pregunto risueño.

Esto también se repetía casi todos los días. A raíz de que Naoya fuera invitado a dar cátedras en la universidad, a Kiichi se le hizo fácil entrar a dar asesorias dentro de la institución, de ahí que cada tarde cuyo horario coincidía, el mayor de la familia Aoe se hacia presente en aquella oficina para persuadir a su pequeño cuñado de salir a comer.
- sensei, Aoe san quiere. . . – intentaba explicarse Naoya
- muy bien, comeremos juntos entonces – se invitaba solo, como acostumbraba, generando esa habitual sonrisa nerviosa en Naoya

Para cuando Reiji llego a recoger a su pareja se topo con la sorpresa de que no comerían solos.
Los tres abordaron el automóvil de Reiji y por sugerencia de Kiichi decidieron comer como una familia en la casa principal. Como se esperaba, Haruomi ya les aguardaba con la comida lista.
Terminada la comida Kiichi decidió invitarse a pasar la tarde con Naoya con el pretexto de no dejarle aburrirse. Reiji realmente quería golpearlo, reclamando la falta de carácter de Haruomi que a pesar el tiempo aun no lograba hacer entrar en razón a ese demonio. Subieron al auto a pesar del malhumor de Reiji, salían de la casa y tomaban camino al departamento cuando el móvil del conductor sonó.

- Jefe, por favor perdóneme pero ¿podría venir a la oficina cuanto antes? – la voz detrás del teléfono sonaba realmente agitada.
- ¿Qué sucede Kashima? – Reiji respondió con calma. Sabia que Kashima no le molestaría si no se tratara de algo realmente importante.
- Señor solo. . .venga rápido, esto no puedo manejarlo yo solo.

Aoe suspiro molesto mientras evitaba ver a Naoya. El de cabello claro le veía insistente, sabia que algo sucedía, sabia que Reiji no aceleraría el vehiculo de ese modo de no ser por una emergencia, mientras que Kiichi solo veía cómplice a Reiji a través del retrovisor, entendiendo que algo no estaba bien.
Llegaron al edificio, el presidente de la firma Blue Boys caminaba rápidamente seguido por un preocupado académico.
Al subir, Reiji vio a un pensativo Kashima que le aguardaba fuera de la oficina.

- Naoya. .. – hablo serio al tiempo que se hacia de un cigarrillo – espérame abajo – ordeno, los ojos de su acompañante se abrieron al máximo. Reiji temía que algo no estuviera bien, que al pasar por esa puerta se vería forzado una vez más a desempeñar ese papel de mal nacido.
- Pero. . . Aoe-san – sonó claramente preocupado, sujetándole del brazo temiendo lo mismo que el mayor que solo se giraba para verle con rudeza, típica señal de que debía obedecerle. Kiichi le sujeto, separándolo con suavidad de su hermano.
- No – interrumpió Kashima – no es tan grave el asunto – intentaba explicarse en un tono que no podían decir si resultaba contrariado o apenado. Reiji le hizo a un lado de la puerta para entrar a la oficina y toparse con ese muchachito que con rostro lloroso le veía con fiereza
- Señor – se acercaba Kashima al tiempo que le tendía una carta mal escrita al presidente, que ni bien termino de leerla claramente se le vio endurecer sus facciones
- ¿Qué hace este muchacho aquí? – preguntaba mientras inspeccionaba Kiichi al muchachito que no parecía tenar mas de dieciséis años y que andaba mal vestido y sucio, le miraba con desden.
- ¡ve por ti mismo! – le azoto el papel sobre el pecho mientras se dirigía a servirse un vaso de licor a modo de aminorar su enfado. Kiichi abrió sus ojos con sorpresa para relamerse los labios mientras Naoya se acercaba al desconfiado muchacho
- ¿Cómo te llamas? – pregunto cortes
- Youta. . . ¡solo vine a dejar ese mensaje! – reclamo - ¡ya quiero marcharme!
- ¿no lo sabes? – le interrogaba Kiichi sin dejar de examinar la complexión del huraño chiquillo
- ¡Kashima! – llamo enfadado Reiji al castaño que se acercaba para escucharle - ¡quiero a ese bastardo aquí ya! – ordenaba sin dejar de ver con fastidio al muchacho
- ¿Qué sucede? – pregunto inocente Naoya a un entretenido Kiichi que tiraba de Youta como si de un muñeco se tratara
- Ah, el tío de este muchacho tenia una enorme deuda con Reiji y ha decidido dar a Youta como pago de lo que debe
- ¡¿Qué?! – Naoya se indigno al escuchar aquello, mientras que Youta arrebataba esa carta para leer con sus propios ojos que había sido victima de un engaño mas de ese sujeto.
- No, yo no. . . - quiso correr el muchacho que fue hábilmente detenido por Kiichi, que en un gesto explico que hacer eso solo enfurecería mas al presidente que ya de por si se le veía de temer. Reiji se levanto para acercarse al muchacho que le veía desafiante
- ¿Qué vas a hacer? – cuestionaba Naoya – no puedes cobrarle una deuda que no le pertenece
- No puedo dejarlo ir – sentencio Reiji, viéndole nuevamente de ese modo que le indicaba que se mantuviera al margen. Sujetó el rostro del muchacho para introducir sus dedos dentro de la boca que le mordió instintivo logrando que le empujaran rudamente al piso – no tienes experiencia entonces – afirmo Reiji mientras se limpiaba la herida – encima tendré que entrenarte
- ¡¿Qué?! – se alarmo Naoya
- Que Sakura lo entrene – sugería Kiichi refiriéndose a una nueva adquisición del club. Youta les veía incrédulo, queriendo entender lo que tramaban hacerle
- ¡es menor, no pueden hablar así de un menor! – se exalto Naoya, golpeando sin querer sobre el escritorio de Reiji quien le vio molesto
- Será mientras salda la deuda – intervino Kiichi
- ¿Qué será. . .? – pregunto finalmente Youta
- Trabajaras aquí – respondía amistosamente el medico – serás un anfitrión. Debes aprender rápidamente para que tu estadía con nosotros sea minima si eso es lo que deseas – Youta le miro inocente, con sus enormes ojos negros dejaba en claro que no entendía nada
- ¡te acostaras con sujetos que pagaran una cuota con la que vas a saldar tu deuda! – soltó molesto Reiji siendo mal visto por Naoya
- ¡no puedes! – insistió Naoya
- Bien, ¿tienes 20 millones mocoso? – cuestiono violento al asustado pelinegro – ¡si los tienes entonces no tendrás que hacer esto!
- 20 millones. . .- susurro con nerviosismo Naoya, la suma realmente era considerable
- Hasta hoy son 20 millones, para el fin de semana serán 25, para un mes la deuda se habrá triplicado – explico con frialdad Reiji – si tienes ese dinero puedes traerlo antes de las nueve de la noche y no se te cobraran los intereses de otro día.
- No tengo ese dinero. . .- balbuceaba aterrado Youta
- Entonces. . .- Reiji freno ese impulso de Naoya por intervenir – si aprendes rápido y resultas ser un buen chico, habrás saldado tu deuda en poco menos de un año, si la gente no te pide entonces tardarás hasta dos años
- ¡yo pagare la deuda! – aseguro Naoya, sintiéndose asqueado al ver esa escena
- No voy a darte ese dinero – sonó tajante Reiji – y tu no tienes esa cantidad
- Naoya entiende que no podemos hacer nada – explicaba Kiichi – aunque podrías dejarlo a mi servicio – intento sobornar a su hermano que le mato las ilusiones con solo una mirada
- Si yo dejo ir a este mocoso ¿Cuántos mas no enviaran a sus parientes menos queridos con la finalidad de quedar libres?- Youta le vio lloroso, el muchachito lograba entender eso. Sabía que ese hombre no le quería, que realmente no podía asegurar que fuesen familia y que este duro sujeto frente a él estaba en su derecho de no ser burlado.
- ¿no puedo hacer otra cosa? – pregunto en un hilo de voz, queriendo no sonar asustado pero eso saltaba a la vista
- No, si es que quieres salir de este mundo rápido – Reiji podía parecer malvado, pero era la única forma de tenerlo fuera en el menor tiempo. Se veía a distancia que ese crío no estaba hecho para esa vida
- Yo pagare – volvió a asegurar Naoya ante la incrédula mirada de Reiji. Tomando a Youta para encaminarlo a la puerta – tendrás el dinero antes de las nueve – afirmo

Reiji le vio molesto sin impedir su partida. Kiichi se sorprendió ante la reacción, sonriendo luego al entender que quizás Naoya sentía empatia por el muchacho debido a la ligera semejanza entre sus vidas.
Naoya detuvo un taxi fuera del edificio, pidió ser llevado a la residencia Haitani ante la desconfiada mirada de Youta. Fue eso lo que le marco la pauta de contar levemente ese pasado que hacia mucho había dejado atrás. Youta lloro sin querer ser visto terminando por confesar que hacia poco mas de un año que había perdido a su madre, su única familia, nunca conoció a su padre y el sujeto que ahora le había metido en este lío se había presentado ante la autoridad asegurando ser su tío, el único hermano de su madre. Narro las cosas que le había obligado a hacer: desde robar y mendigar hasta obligarle a dejarse tocar o practicarle la felacion a sujetos asquerosos que pagaban un par de billetes por ese momento de placer. De ahí su pánico al saber que tendría que volver a ensuciarse, volver a sentir esa sensación sobre su piel o dentro de su boca; esa sensación que luchaba noche a noche por olvidar mientras rezaba desde el fondo de su corazón por que el rostro de su madre no desapareciera de sus recuerdos que a diario se volvían cada vez mas distantes.
Finalmente llegaron a la casa, Yaegashi les recibió con sorpresa al tiempo que les conducía ante Wataru. Naoya solicito el favor al pelinegro que veía desdeñoso al harapiento muchachito que no quitaba esa mirada desconfiada.

- Te daré el dinero – dijo Wataru, dejando respirar con tranquilidad a Naoya que cambio su mirada al solo verle cruzarse de brazos para terminar de hablar – pero. . .- sonrió malicioso – deseo que pases estas vacaciones conmigo a mas de que me esperes a la salida de la clase y de vez en vez comas conmigo aquí en la casa – condiciono. Naoya detuvo el impulso de Youta por saltar encima de su benefactor
- Esta bien – suspiro resignado, era de esperarse de Wataru a quien ya se le calificaba por ser frío en los negocios y obtener lo que deseaba sin importar los medios para lograrlo. Podía decirse que el deseo de su abuelo de verle como un hábil y exitoso empresario ya se había realizado: era un digno heredero de su casa.
- ¡No esta bien! – grito Youta. Naoya intentaba calmarlo pero la tarea le resultaba difícil
- El mocoso quiere quedar en manos de Reiji – sonrío sarcástico Wataru para soltar desdeñoso – deberías apreciar el favor que te están haciendo – Youta se libero finalmente para saltar encima de Wataru logrando golpearle la mejilla para ser bruscamente atrapado por Yaegashi
- ¡Tú deberías ser el que lo aprecie! – chillaba al tiempo que peleaba por liberarse - ¡te debería dar vergüenza aprovecharte así de Naoya-san!. . . ¡te dices su amigo, no, te dices su familia y mira lo que haces! ¡de no ser por esta situación no tendrías esa ventaja sobre el!
- Youta-kun – le calmaba Naoya viendo como el rostro de Wataru comenzaba a endurecerse
- ¡no, no acepte el dinero! Hare lo que ese sujeto quiere – dijo lloroso – trabajare para el. No voy a dejar que por mi abusen de la única persona que realmente quiso ayudarme sin pedirme nada. . .todos abusan, nadie da nada a cambio de nada – se explicaba – no existen amigos o familia, esas cosas no existen en realidad. Y no quiero que se vea obligado a hacer cosas que no desea hacer – Wataru arranco al muchacho del agarre de Yaegashi para golpearle con todas sus fuerzas, dejándolo caer con la boca desecha ante la suplica de Naoya que intentaba detener la escandalosa hemorragia de la zona
- ¡dije que lo haría! – reclamo Naoya viendo fríamente al pelinegro que se giraba a modo de evitar verle a la cara
- No va a disculparse – murmuraba Youta – este sujeto no sabe decir “lo siento”. . .esta acostumbrado a que las personas se disculpen por el – Naoya no quiso corregirlo, ni siquiera callarlo. Mucho de lo que ese muchacho había dicho era cierto, el no quería creer que el Wataru que conocía se hubiese vuelto uno mas de esos seres. Le ayudo a levantarse y no le detuvo su andar hacia la salida
- ¿prefieres prostituirte? – interrogo sarcástico Wataru - ¿vas a estar tranquilo con eso Naoya? – Youta sonrío a un apenado Naoya que entendió que el chiquillo así lo aceptaba. Su paso que momentáneamente fue detenido por esas palabras siguió – espera – les detuvo nuevamente. Wataru se giro para verles – voy a pagar esa deuda
- No tienes por que hacerlo – respondió serio Naoya – lamento haberte molestado con tonterías
- Lo siento. .. – dijo Wataru, sorprendiendo a Naoya que se giro incrédulo para verle de pie, con sus ojos puestos en ellos mientras se les acercaba- lamento haber pedido esas cosas, no estas obligado a cumplir nada. Te daré ese dinero, somos familia – restregó lo ultimo sobre el rostro de Youta – sin embargo, no puedo decir eso de este mocoso. . .
- . .. – Naoya le vio molesto
- No estaría bien darle ese dinero sin que se lo gane – se explico – Aoe pensaba ponerlo a trabajar en su negocio para pagarle, yo haré lo mismo

Wataru se acerco al escritorio donde giro un cheque con la cantidad solicitada a nombre de Naoya a quien se lo entrego para luego dar las instrucciones a su secretario de acomodar al muchachito en una de las habitaciones de servicio pues a partir de ese momento formaría parte del personal de la casa. Fue así como Naoya le dejo bajo el cuidado de Wataru.
Muy a su pesar Youta fue aseado y arreglado. Para la cena el chiquillo ya lucia un corte que daba forma a su mediana y alborotada melena, su piel se dejo ver pálida y tersa mientras su delgada complexión fue envuelta en un conjunto formal, el uniforme del servicio de la casa Haitani. Yaegashi le condujo al comedor, donde seria presentado en forma ante el joven amo que daría el visto bueno en relación a la imagen del muchachito.
Wataru meditaba en silencio mientras cenaba, realmente el carácter de Youta le había sorprendido, era la primera vez que alguien a parte de Naoya se atrevía a levantarle la voz o a marcarle sus errores de una forma tan directa. El porque había decidido dejarlo no lo entendía, quizás era su orgullo que le exigía obligar al chiquillo a tragarse sus palabras. Vio el reloj y supo que Yaegashi no tardaría en llevarlo luego de haber quitado toda esa mugre y harapos de su cuerpo y, sinceramente, no esperaba mucho de Youta.
Yaegashi entro al comedor y Wataru no presto atención, se limitaría a decir “esta bien, puede quedarse” eso seria todo: mantenerlo un tiempo y luego botarlo o ubicarlo en otro sitio. El secretario solicito que diera su aprobación y Wataru se digno a levantar su mirada. Youta evadía su mirada, juntaba con nerviosismo sus manos mientras intentaba frenar ese roce de sus labios que le ponían mas incomodo debido a la curación recién hecha sobre la herida.

- es algo increíble. .. – murmuro Yaegashi, manifestando su sorpresa de ver que Youta distaba de ser un muchachito del montón
- . . .- Wataru le observo detenidamente: su rostro definido y esos enormes y oscuros ojos que se movían nerviosos, piel pálida que resultaba demasiado escandalosa al más leve enrojecimiento como ahora, que sus mejillas se tornaban delicadamente enrojecidas. Su cuello largo y esa complexión ligeramente marcada que le dejaba verse estrujable. Wataru trago pesadamente, no esperaba que Youta fuera así de atractivo, cómo iba a imaginarlo – que se quede – dijo con asombro, sin quitar esa incomoda mirada de aquel cuerpo. Deteniendo su partida al preguntar - ¿has comido algo?
- . . . – Youta le vio receloso, desconfiado, sin saber que responder.
- ¿comiste? – sonó malhumorado Yaegashi – el joven amo te habla y cuando habla debes responder: “si joven amo” o “no joven amo”
- Si digo no. ¿podré comer? – cuestiono serio al hombre de edad que le veía con fastidio mientras que aquello resultaba entretenido para el señor de la casa – y si como ¿Qué tengo que hacer a cambio? El no da las cosas sin pedir nada – señalaba
- No señales – regaño Yaegashi – no te atrevas a señalar al joven amo otra vez y no hables así de el. Limítate a decir “si” o “no”
- Que le den de cenar y no – sonreía Wataru a un desconfiado pelinegro – no tienes que hacer nada mas que tu labor y podrás comer como el resto de los que trabajan aquí
- ¿Qué tanto trabajare aquí? – interrogo desafiante ante la iracunda mirada del secretario
- Depende de que tanto te esfuerces – respondió con desinterés Wataru – no estaré vigilándote y realmente no me interesa mucho tu desempeño. Si terminas en un mes, un año o un siglo no me importa

Youta fue retirado rápidamente, Yaegashi le dio instrucciones mientras cenaban, volviéndolo a reprender por su comportamiento inapropiado ante el dueño de la casa. Su primera noche la paso nervioso, en mucho tiempo no había dormido sobre una cama y menos una tan cómoda a mas de que desconfiaba de que alguien entrase a su habitación como antes le había ocurrido. Siempre le atrapaban inconciente para obligarle a hacer esas cosas que detestaba.
Poco a poco el muchacho se acostumbro, tomando ritmo a las labores que la enorme casa demandaba. Siempre lucia serio, siempre con esa mirada de desconfianza que hacia reír a mas de una de las sirvientas

- Youta, deberías sonreír, te verías mas lindo – criticaba risueña una de las muchachas que se encontraba con el y otras dos igual de divertidas limpiando una de las habitaciones comunes de la casa
- ¿Por qué lo haría? – respondía distante, haciendo reír aun mas a las muchachas
- Deberías relajarte un poco, así te acostumbraras a esto – critico otra
- No quiero acostumbrarme – aclaro Youta – si me acostumbro a este lugar me dolerá cuando me boten

Las muchachas se veían cómplices, saltando sobre el muchacho que fue atacado con el afán de hacerle reír. Wataru entraba a la habitación cuando les vio jugando de ese modo, sorprendiéndose al ver una enorme sonrisa dibujada en el rostro del huraño sirviente.
Esas escenas se venían repitiendo de un par de días a la fecha, la popularidad de Youta con las muchachas de la servidumbre era algo que ya comenzaba a fastidiar a Wataru.

- a partir de hoy te encargaras de mis cosas – sentencio Wataru a un serio Youta
- ¿Por qué yo? Aun no se hacer muchas cosas – se quejo
- ¿Cómo te han enseñado a responder? – reprendió a un enfadado muchacho que masculló inconforme
- Si joven amo. . .

Mientras tanto Naoya meditaba dentro de la recamara, sabia que Youta se encontraba bien gracias a que Wataru le informaba o iba a verle a la casa Haitani. Pensaba en la reacción de Reiji a quien no había visto mucho. A raíz del suceso se había creado una brecha entre ellos, una distancia que dolía.
Naoya lloraba sin notar como Reiji entraba a la habitación para recostarse a su lado

- ¿ya me haz perdonado? – le murmuro al tiempo que giraba el triste semblante para que le viera
- No tengo nada que perdonarte Aoe san – lloriqueo al tiempo que le abrazaba con fuerza. Ahora entendía que la distancia se debía a un malentendido, ninguno se odiaba, ninguno sentía rechazo por el otro
- Tonto – rió aliviado Reiji – si tanto quieres hacerte de una mascota veremos. .
- No – le interrumpió deshaciendo el abrazo para verle a la cara – entiendo tu reacción, yo no debí intervenir pero. . .- sus ojos nuevamente se llenaban del cristalino liquido.

Aoe solo le beso, queriendo borrar ese dolor de su memoria, esos recuerdos que le habían vuelto de golpe al ver a una persona con una vida parecida a su pasado.

- ya no estas solo – le susurraba tierno, arropándolo con fuerza sin detener las caricias sobre el tembloroso cuerpo de Naoya, hacia mucho tiempo que no le sentía así
- lo se, pero los ojos de ese muchacho estaban tan vacíos. . . ¿mis ojos lucían así? – le preguntaba
- un tiempo si – fue sincero – pero lograste superarlo y ahora nos tenemos el uno al otro – sonrió
- lo supere porque tu estabas conmigo – Naoya iniciaba un beso que se tornaba profundo y que haría que Reiji perdiera la poca cordura que le quedaba luego de haberse obligado a la abstinencia para no perturbarlo.

El beso paso de ser uno a varios y el abrigo de Aoe hacia rato que se encontraba sobre el piso en compañía de su saco y lo demás, dejándolo con el torso desnudo mientras jalaba de las ropas de un agitado rubio que cedía ante sus caricias mientras jadeaba su nombre en ese tono de voz que le embriagaba, el mismo tono que recordaba desde la primera vez que lo hizo suyo.
Naoya respiraba excitado mientras veía como era despojado de su última prenda. Reiji tenia esa mirada lujuriosa nuevamente, esa mirada que hacia estremecer su cuerpo. El mayor lamió su pecho, acariciando su erección con cadencia mientras le admiraba. El rubio decidió hacer algo que pocas veces se atrevía, tiro del rostro de Reiji para besarle apasionado, valiéndose de ese descuido del mayor para invertir los papeles dejando a Aoe tumbado sobre el colchón con una mirada maliciosa. Lentamente Naoya le arrebato las ropas, lamiendo el abdomen de Aoe mientras se deshacía de los pantalones y el interior. Reiji se dejaba acariciar, disfrutaba de esas atenciones que pocas veces se atrevía a brindarle su pareja y no por no desearlo, sino por que el orgullo de Aoe podía más y siempre terminaba por dominar al rubio.
Un gesto se dibujo en su rostro, era Naoya que lamia su erguido miembro y generaba en el esas sensaciones. El menor engullía con delicadeza esa sensible parte, saboreando y dejándose embriagar por el aroma de Reiji que le acariciaba los cabellos al tiempo que reprimía sus gemidos. Una queja se dejo escuchar al verle abandonar su labor, Naoya le beso excitado, ya no podía esperar mas tiempo. Separo sus piernas haciéndose espacio sobre el ansioso cuerpo de Reiji que le ayudo a enfilarse para luego sentir como le invadía. Naoya jadeo al sentir totalmente dentro a su pareja, quien le veía satisfecho, deseoso. Beso con rudeza esos labios para comenzar las embestidas sobre el delgado cuerpo que se aferraba a su espalda. Aoe lamia cada parte de piel a su alcance, disfrutando al estrujar los glúteos de Naoya, al escucharle jadear excitado su nombre o decirle que lo amaba.
Al cabo de unos minutos era Naoya quien se encontraba sobre las sabanas siendo devorado por un hambriento Reiji que no daba tregua a su cuerpo. Le tenía rojo y perlado por el sudor bajo su marcada anatomía y eso era el suficiente detonante para enloquecerlo.
Naoya tiro de su cuello para besarle necesitado, sujetándole con fuerza entre sus extremidades, susurrando sobre su oído por un poco mas, por dejarle correrse envuelto en esa sensación tan placentera. Un ligero estremecimiento en el rubio dio señal de su clímax, Aoe sonrió satisfecho mientras dejaba que la fiebre le llegara a la cabeza y nublara sus sentidos.
Esa noche, de entre las últimas vividas, ambos volvieron a dormir tranquilos.
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BLUE LOVE

Titulo: BLUE LOVE
Autor: FIXGROOM
Razón: FIC ESCRITO PARA EL CONCURSO DEL ANIVERSARIO 6 DE BLUEYE
Personajes.
Principales: WATARU & YOUTA
Secundarios: AOE REIJI, NAOYA, HARUOMI, KIICHI, YAEGASHI, KASHIMA.
Pareja principal: WATARU & YOUTA
Parejas secundarias: AOE REIJI & NAOYA, HARUOMI & KIICHI
Genero: YAOI
Clasificación: NC-17
Advertencias: CONTIENE LEMON. . NO APTO PARA MENORES
Estado: TERMINADO
Comentarios adicionales:
Para este Fic se creo un nuevo personaje que no aparece dentro de la historia original. Youta es un personaje creado para esta propuesta de continuación de la historia original.
Disclaimer: Love Mode pertenece a Yuki Shimizu, publicada por Be-Boy Cómics
Resumen: HAN PASADO 9 AÑOS. REIJI SE VUELVE A TOPAR CON UNA SITUACION QUE LE RECUERDA PARTE DE SU PASADO. UN “MOCOSO” IRRUMPE EN SU VIDA PERO ESTA VEZ NO ESTA DISPUESTO A QUEDARSE CON EL, NAOYA INTERVIENE Y ES CUANDO YOUTA ES TRASLADADO DE LAS MANOS DE REIJI A LAS DE WATARU, QUIEN HARA TODO POR COMPLACER A NAOYA. . . ¿SERA QUE WATARU ESTA ENAMORADO DE NAOYA O ES SIMPLE CARIÑO HACIA UN HERMANO? ¿QUE SERA DEL SOLITARIO YOUTA, PODRA ENCONTRAR A SU PERSONA ESPECIAL?

CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
EPILOGO
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BLUE BIRD

Titulo: BLUE BIRD
Autor: FIXGROOM
Razón: FIC ESCRITO PARA EL CONCURSO DEL ANIVERSARIO 6 DE BLUEYE
Personajes.
Principales: YAMATO & DAIKI
Secundarios: SAKURA, YUKO, AOE REIJI, KASHIMA, KIICHI.
Pareja principal: YAMATO & DAIKI
Parejas secundarias: YUKO & SAKURA
Genero: YAOI
Clasificación: NC-17
Advertencias: CONTIENE LEMON. .NO APTO PARA MENORES
Estado: TERMINADO
Comentarios adicionales:
Para este Fic se crearon nuevos personajes. Esta propuesta puede considerarse la segunda parte del Fic “BLUE LOVE”. Partimos nueve años después del término de la historia original.
Disclaimer: Love Mode pertenece a Yuki Shimizu, publicada por Be-Boy Cómics

Resumen: Luego de nueve años el “blue boys” decide remodelarse, creando la sección denominada “blue love”, donde las fantasias se hacen realidad. Es en esta sección donde Sakura, un cotizado anfitrión, tiene un curioso cliente que resulta ser nada menos que el sensei de su pequeño hermano Daiki. ¿Sakura cedera a su pequeño hermanito a ese pervertido? ¿Qué sentimientos guarda Daiki hacia su severo sensei?

CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
EXTRA
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Ilusiones confusas, Fantasías rojas

Título: Ilusiones confusas, Fantasías rojas

Parejas: Takamiya x Izumi / Aoe x Naoya = Aoe x Izumi

Genero: Sobrenatural, AU

Advertencias: Lemon, Mpreg
Fic escrito para el concurso del aniversario 6 de blueye.

Disclaimer: Love Mode pertenece a Yuki Shimizu, publicada por Be-Boy Comics

Personajes: Reiji Aoe, Naoya Shirakawa, Izumi Sakashita, Katura Takamiya

Los días pasan rápidamente haciendo que las personas tengan un millón de ideas que se juntan en un universo donde nadie las pueda escuchar, en un minuto puedes tener diez ideas, en una hora seiscientas y en un año tendrías cinco millones doscientos cincuenta mil aproximadamente. Todas las ideas son completamente diferentes ninguna es igual a la anterior, pero no todas son buenas menos aquellas que están basada en una fantasía, el universo es demasiado caprichoso haciendo travesuras a aquellos que decidieron pecar mas allá de la ilusión. Izumi Sakashita un joven de veinte años se dio cuenta de ello luego de un suceso que dejo una marca en su vida, una que jamás podrá borrar y que tal vez no desea hacerlo.

En una suave cama un joven de cabellera oscura se veía despertar, se desperezo dejando relajar su musculo disfrutando de su despertar, pero el gusto no duro demasiado la sabana se deslizo gentilmente por su piel cayendo hasta su cintura cuando se incorporo, así reflejo la desnudes de su torso y si siguiera su huida demostraría que continuaba su desnude. Aquello ya no le era tan molesto al menos eso trataba de pensar de cierta forma para su tranquilidad mental, su vista se alzo viéndose reflejado en el espejo que se extendía con gran respaldo frente a la cama, dejando pequeñas puerta abrir haciendo que se viera aun mas acho de lo que ya era.

-¡TAKAMIYA!-

El grito se escuchó por toda la habitación, se vio levantar con enojo olvidando su desnude completamente, cuando corrió hacia la cocina donde se escapaba los olores de un desayuno en preparación era la evidencia de que su amante allí se encontraba, se vio frente a frente a ese hombre que con los años seguía igual, no, eso era un error ahora era mucho mas apuesto, agito su cabeza volviendo a su enojo.

-¡Tu pervertido, te dije que cerrara siempre ese espejo...!-

-¿Por qué?-

La cuestión se deslizo por los labios de aquel hombre mayor tan bien parecido, siempre siendo él, con esa sonrisa que parecía a la de un niño, pero que ocultaba un gran pervertido se sintió abrazar por aquel hombre sintiendo el roce de su brazos sobre su cintura, los colores se le subieron al rostro a recordar que por el enojo no reparo en tomar algo para cubrirse.

-Ahn... ¡Tú maldito pervertido, suéltame!-

Ante la demanda nada se escuchó mucho menos se vio obedecer, sus labios viajaba por aquella tensa piel dibujando el camino que una de esas noches había recorrido, alzo a ese perfecto cuerpo sentándolo en la mesa donde el desayuno debía servirse, teniendo así mayor participación en su cometido, lentamente los besos se dibujaron en los pectorales de Izumi, lamiéndolo hasta verse carcelero de unos de los pezones, chupándolo con tanto deleite que podía jurar que el sabor de aquella tetilla era lo mas exquisito del universo.

Los gemidos nacía de la boca del mas joven, era una verdad que no podía escapar de aquel hombre, su cuerpo ya era un traído que sucumbía ante cada una de las caricias que por mas mínima que fuera le hacia sentir un cosquilleo que imploraba seguir presente, era como si Takamiya hubiera lanzado un hechizo que provocaba que el mas joven no pudiera negarse, aquello lo confirmaba cada vez que se entregaba a él sin menos peros.

Era un hecho que jamás podría escapar de aquel hombre que lo había hecho homosexual y un pervertido. Ahora lo confirmaba a estar allí gimiendo, y abriendo las piernas para que su amante se acomodara entre ellas, era tan descarado a mostrarse así con los ojos entrecerrado con pequeñas lagrimas que escapaba del placer, un gemido al aire dejo escapar cuando sintió aquel pene tan caliente y palpitante entrar a su interior, se aferro a aquella espalda que desnuda se encontraba ya, había arrancado la camisa que llevaba el mayor sin ningún deparo.

-¡Tonto!, ¡Tonto!-

Se escuchó en la sala de aquel departamento rompiendo aquellas imágenes de una entrega en la cocina, su consciente lo traía nuevamente al presente luego de recordar como fue su despertar y su desayuno. Había sido realmente un tonto por caer ante Takamiya una vez mas, suspiro pesadamente recostándose en el sofá mirando el techo como esperando que allí se encontrara una solución a su debilidad, pero no había respuesta, al menos podría disfruta de su tarde ya que el mayor había salido con su amigo Aoe.

-Reiji Aoe-

Sus labios dejaron escapar aquel nombre en un susurro como invocando al dueño de dicho nombre, se levanto de golpe quedando sentado, sus ojos estaba abierto de par en par como si un fantasma hubiera visto, cuando dijo ese nombre sintió un cosquilleo en el estomago, era casi como aquel sentir cuando pensaba en Takamiya, no, su mente estaba jugándole una mala pasada, era porque apenas había recordado su mañana, si era eso, así que dejo escapar de nuevo ese nombre, pero sintió aquel cosquilleo mas intenso deslizándose por su cuerpo haciéndole fluir un calor.

A su mente se vio invocar aquella vez cuando fueron a jugar billar, bueno en realidad fue para celebrar su primer aniversario como siempre lo hacia ver Takamiya, la imagen que invoco fue cuando Aoe atrajo a Naoya luego del ataque de aquellos bandoleros, esa imagen tan carismática de aquel demonio cuando lo atrajo a su pecho preocupado, ese momento le hizo sentir envidia deseaba querer se él quien Aoe protegía, se había enamorado de esa escena.

-Pero que estupideces estoy pensando, ese demonio sólo nos quería engañar, si así es, ese tonto de Aoe Reiji, lo odio.-

Sus palabras ahora sonaba tan falsas, ya no decía esas misma palabra con tanto odio como al principio, ahora había un sentimiento oculto tan repetir aquel nombre, no supo cuando fue, pero su mano se había mentido en su pantalón y rodeo su hombría, empezando a masturbarse, haciendo deslizar lentamente su mano de arriba a abajo, y la otra se vio pasar bajo su camisa acariciando su torso, pasando a jugar con sus pezones, dejando escapar ese nombre en gemidos nacientes. Estaba claro que empezaba a sentir deseo por ese demonio, deseando se poseido por él al menos una vez, imaginando que llegaba allí en ese momento y lo tomaba con violencia. Si, lo admitía quería se violado por ese demonio.

-¡Aoeeee!-

Se escucho escapar la identidad de su "amante secreto" dejando la macha en su mano, aquella evidencia de que había llegado a clímax por esta fantaseando con otro hombre que no era Takamiya, se enojo consigo mismo, dejando un suspiro pesado fue a tomar un baño para borrar la evidencia de su pecado.

El día fue completamente aburrido, no había tenido nada que hacer sin Takamiya cerca su rutina era demasiado lenta, la noche ya caía en la ciudad salió al balcón mirando el cielo aquel que dibujaba las estrellas, a su mente se invocaron todos sus pensamiento sobre sus cambios en esos últimos años, miró hacia la luna que salía con gran fulgor detrás de una nube nocturna, esta estaba en toda su armonía, era una perfecta luna llena, aunque su color no era plateado se veía en un carmesí que lo hipnotizo.

-Desearía dormir con él al menos una vez.-

De sus labios escaparon aquellas palabras mientras pensaba en aquel demonio de sangre fría, aquella luna tan perfecta lo invoco a su mente, su pensamiento escapo libremente con el viento llegando allí donde un ser de la noche se veía caminar.

-Que así sea.-

Una voz fría sin ninguno tono se revelo en la oscuridad de la noche, sólo se dibujo la silueta de un hombre con gabardina negra que siguió sus pasos luego de mirar hacia donde aquellas palabras venia, siendo así sólo una ilusión para la nada. Izumi siendo ignorante de que su deseo había sido escuchado decidió descansar, lentamente se vio subir en la cama invocando el descanso luego de cubrirse con la cálidas mantas sin desear esperar mas a su amante, Takamiya esta vez había tardado demasiado así que no le haría caso aunque llegara con una sorpresa, con esa amenaza en su mente quedo profundamente dormido.

~*~
La mañana llego a un departamento lujosos, pero a la vez algo impersonal en las paredes no había ningún cuadro, sólo se veía un reloj que marcaba continuamente su tic tac, el sofá con gran coordinación se veía ordena un espació de descanso, siguiendo el recorrido visualizando un comedor, así continuaba con discreción perfectamente ordenados los espacios.

En el dormitorio se mostraba una cama de amplio tamaño donde las sabana cubría una figura que se veía en un cómodo descanso, apenas se dejaba ver su oscura cabellera, se vio levantar dejando escapar un bostezo, se vio tallar los ojos deseando mirar mejor notando que a su lado nadie descansaba, miró hacia enfrente como deseando verse, pero no se vio reflejado así que sonrió esta vez Takamiya había cerrado el espejo. Se levanto saliendo de la habitación sin darse cuenta que muchas cosas habían cambiado, abrió la puerta pasando a seguir por el pasillo buscando la cocina, pero esta no estaba la puerta donde debía de estar había una gran pared.

-¡La cocina desapareció!-

Grito asustado por ver que su cocina no estaba, empezó a caminar de un lado al otro como si así apareciera la cocina, pero cada vez que volteaba hacia el lugar donde debería estar seguía viendo aquella pared, voló a gritar lo mismo.

-Mocoso deja de gritar.-

Aquella voz fría sólo se la conocía a alguien volteo lentamente mirando allí el causante de su pesadilla, bueno no era exactamente pesadillas, pero eso no estaba en debate ahora lo miro, su mano se alzo señalándolo.

-¿Tu que haces aquí?-

-Se dice “Buenos días”-

-¿Cómo que buenos días?-

-Al parecer te deje muy cansado ya que aun pareces dormido.-

No entendía nada de lo que Aoe decía, acaso aquello era una broma de Takamiya por no esperarlo, no, eso no podía ser, él no era para nada malo, claro porque no lo pensó antes, seguía dormido y era por eso que estaba pasando eso, se vio regresar sobre sus pasos volviendo a la cama, a subirse sobre ella se cubrió tratando de dormir para despertar de aquella pesadilla.

-¡No pasa nada!-

Se escuchó gritar con desesperación viendo que aunque hiciera eso y después de un rato abriera los ojos seguía estando en aquel lugar, vio hacia la puerta notando la imponente figura de Aoe que lo miraba con burla, acaso se le hacia tan divertido su desesperación, le aventó el de reloj que descansaba en el buró, pero este no pareció hacer efecto sobre él otro pues lo esquivo haciendo que saliera a estrellarse en el pasillo.

-Me pagaras por ese reloj mocoso.-

Se escuchó decir en su habitual tono de voz cuando camino hacia la cama, se vio sentar en la orilla de esta mirando al que descansaba allí, sin ningún titubeo o palabras se acerco a los labios de Izumi besándolo con tanta demanda que hizo que este cayera hacia atrás, el mayor aprovecho eso pasando a colocarse sobre él, su mano se vio descansa al costado opuesto de donde se encontraba inclinándose mas sobre aquel cuerpo, profanando la cavidad del joven aprovechándose de su sorpresa.

Izumi se había quedado en shock a sentir aquel beso se dejo manejar por el mayor por unos segundos, en aquello instante se sintió fuera del mundo, sintiendo aquella lengua profanar su boca se vio atraído, correspondió a aquel beso mientras sus brazos con vida rodearon el cuello del mayor profundizando el contacto, sin darse cuenta de si mismo empezó a excitarse de sobre manera, disfrutaría de ese sueño hasta el final ya que no lo dejaba despertar.

-ah… N…- El agitar de su respiración se empezaba a notar sintiendo como su corazón empezaba a latir desfrenadamente, su manos se vieron juntar donde se unían los botones de aquella camisola, en paso torpes empezó a abrirla, mientras permitía que Aoe lo despojara de su pijama, su pantalón ya estaba deslizándose por su piernas junto a su ropa interior.

El tiempo se había detenido o iba demasiado rápido, no lo sabia simplemente era consiente de que ya no escuchaba mas el tic tac, ahora se veía completamente desnudo a igual que Aoe saboreando un beso mas pasional, mientras sus pieles se rozaba, lo tenia entre sus piernas sintiendo sus hombrías rozarse haciendo que una corriente eléctrica surcara por su cuerpo.

-… Hazme tuyo.-

Sus voz apenas escapo tratando de juntar las palabras de una sola vez, sus ojos nublados por el placer miraba aquel hombre de cabellera oscura y tez clara, su vista viajo por aquel torso bien delineado bajando lentamente hacia el sur donde dibujaba el abdomen, siguiendo esa imagine tan varonil encontrándose con aquella hombría que estaba en todo su apogeo, gimió por el deseo de ver aquel pedazo de carne tan tentador.

-Por favor… Te deseo ya…-

Volvió a implorar en ese instante sin reserva, desconociéndose así mismo, pero realmente estaba excitado llevándolo hasta la locura de la lujuria. Aoe sonreía como esperando verlo aun mas desesperado, apenas tomando uso de su fuerza se vio incorpora se acerco a los labios del mayor los cuales beso con delirio, acariciando su brazos.

Movió su pelvis contra la ajena haciendo que sus hombrías se rozara provocando arrancar un gemido de su parte, empujo a Aoe hacia la cama dejándolo prácticamente sentado, colocándose sobre él sintiendo su pene rozarse contra su nalgas, haciendo que gimiera con desesperación, con ayuda de su mano se ayudo para auto penetrarse con aquel pedazo de carne.

-Ahgg-

Un quejido se escapo de sus labios a meterse aquella hombría de una sola embestida, sus manos ya aferraras a los hombros del mayor se vieron clavar allí dejando una herida en aquella piel, se vio estar quieto sintiendo tan palpitante excitación en su ser, el dolor aun era presente había sido muy osado a penetrarse sin siquiera antes permitir que lo prepara.

-Muévete.-

Ordeno el mayor que en su rostro se reflejaba el delirio de disfrutar de estar en aquel interior, pero ya no podía mas necesitaba mas de aquel placer, de ver a su amante penetrándose así mismo, disfrutando con completo gozo de aquel acto lujurioso. Izumi obedeció como fiel soldado a su superior, movía sus cadera de arriba a bajo dejando salir casi completamente aquella parte de la anatomía de su ahora amante, para después dejarse caer de nuevo penetrándose con verdadero delirio, seguía cabalgando de aquella manera haciendo que sus gemidos sonara desgarradoramente con deleite.

Las manos de Aoe no estaban de todas quietas acariciaba las piernas de Izumi, luego viajaba hasta sus nalgas apretándola con atrevimiento, mientras su labio se deleitaba con la piel del pecho del menor, dejando beso y mordidas que le brinda placer a los dos, él no dejaba de disfrutar aquel sabor tan único de su amante, y de la sensación descabéllate que provocaba aquel interior a apresarlo de tal forma que su paso fuera lento, pero realmente fabuloso, casó podía escuchar aquellos sonidos vulgares cuando las nalgas del menor golpeaba su testículos.

Dos gemidos roncos se escucharon llenar en aquella habitación cuando llegaron a clímax, habían tenido el mejor de los orgasmos tocando con sus dedos el cielo, Aoe se había corrido con deleite en el interior de Izumi llenándolo con su semen caliente, mientras su abdomen fue machado por la semilla de su amante dejando huella de su pasión.

El menor se dejo caer hacia atrás completamente agotado, había sido la mejor sección de sexo que jamás había tenido, sintió el leve peso de Aoe sobre su cuerpo, aun sintiendo en su interior disfrutando de los últimos espasmo de su ser, cerró los ojos terminando de disfrutar aquel Vals.

~*~
-¿Cuándo me dormir?-

Aquella cuestión perturbo el silencio de aquella habitación, sus ojos habían sido abiertos lentamente dejando ver aquella habitación donde se durmió después del encuentro con Aoe, se quito las mantas que lo cubría dejando ver su desnude, se levanto caminando al baño al cual encontró después de ver dos puerta, al entrar camino hacia el espejo que se encontraba allí notando las marcas que el mayor había hecho.

-Entonces fue real.-

Se dijo tan confundido como al principió, se dio la vuelta cuando a través del espejo vio a Aoe, sintió un cosquilleo en su vientre que bajo hacia su entrepierna, sintiendo por fin que algo se deslizaba por su piernas, llegando a ponerse colorado a recordar pequeños corto de aquel cadente momento.

-Claro que fue real o acaso fui tan magnifico que no puedes creerlo, si tanto lo desea te confirmare lo bueno que soy.-

Se escuchó con imponencia por parte de Aoe, se giro dándole la espalda sintiendo que esa mirada estaba haciendo que se excitara de nuevo y no deseaba que viera eso, así que mirándolo a través del espejo le contesto en su peculiar tono de molestia.

-Ja, no fuiste tan bueno como crees.-

Aquello no había salido tan creíble como esperaba pues había visto la reacción de Aoe que casi era como si hubiera reído con burla, aunque no pareció tan eminente aquel acto, simplemente fue el reflejo de aquel sentir.

-Los mocosos son tan pocos sincero, ahora báñate y arréglate. No deseo llegar tarde a la salida que tenemos con Takamiya y tu amigo.-

-¿Takamiya?-

Cierto se había olvidado completamente de él y como Aoe podía hablar con tan calma, Takamiya seguro que los mataba si se enteraba de que se acostaron juntos, aquello seria un perfecto desastre debía evitar aquel derramamiento de sangre, al menos hasta que supiera que pasaba.

-Acaso hoy estas mas torpe, si tenemos que verlo a las tres. Acaso no recuerda la bendita reunión que hiciste para celebra nuestro aniversario, en serio si pensabas olvidarlo no lo hubieras planeado, no se para que deseas celebrar eso.-

Se escuchó con enojo lo cual era completamente habitual, desde el principio cuando lo conoció parecía enojado con él por jugar con Takamiya, aunque no era su culpa recién había sido atacado por él y después se vio envuelto en un sinfín de situaciones, luego su encuentro cuando pesaba romper su promesa.

-Espera… ¿Cómo que aniversario?-

Se cuestiono así mismo pues ya no estaba el mayor en la puerta, esta se había cerrado unos segundos atrás mientras estaba recordando, seria mejor averiguarlo así que decidió bañarse, saliendo lo mas rápido posible para arreglarse, una sorpresa fue a ver que tenia ropa allí, esperaba que con la salida todas aquellas dudas que tenia se respondiera, y la principal ¿Por qué amaneció en la casa de Aoe?

~*~
La reunión fue en el bar donde jugaron billar la primera vez, llegar y ver Takamiya fue algo raro, se saludaron normalmente como si fueran amigos, al parecer el único con confusiones en ese instante era él, trataba de encontrar una explicación estando un poco alejado de donde los mayor hablaba, cuando vio a alguien entrar reconociéndolo.

-Buenas tardes.-

Saludo el recién llegado todos correspondieron el saludo, él simplemente se quedo en silencio preguntándose si Naoya era su amigo, bueno debía de serlo ya que Aoe dijo que la reunión era con Takamiya y su amigo, así que no cabía duda de que ese amigo era Naoya, pero eso en lugar de darle respuesta sólo lo confundía mas.

-¿Te sucede algo Izumi?-

-¿Ah?, No nada, sólo estaba soñando despierto.-

Menciono con una sonrisa nerviosa no podía decirle que no sabia que pasaba allí, y que no sabia de su vida, pensándolo bien si seria una buena idea decirle tal vez así tendría todas las respuesta necesaria, no lo dudo mas discretamente le hizo la pregunta que carcomía su alma. “¿Desde hace cuanto estoy con Aoe?”, esa cuestión escapo de sus labios con mucho temor, prácticamente fue un lamento que se susurro con tanta discreción para que ni las paredes escucharan, Naoya al parecer no esperaba eso por lo cual lo miro extrañado fijamente.
-Izumi, ¿hablas enserio?-, No espero respuesta de esa pregunta que hizo casi gatunamente, era de una forma directa con la vista fija en los ojos ajenos como buscando la verdad de aquel espectro que se encontraba ahora enfrente suyo, porque no podía decirle de otra forma a Izumi en ese día en especial se notaba extraño.

-Hace dos años que iniciaron una relación, me contaste que te cautivo luego de que te ayudara a defenderte de unos maleantes, al principio decías que lo odiabas te la pasabas solo hablando de él y de sus defectos, pero meses después parecía otra situación, en poco empezaron a andar o algo similar.-

Naoya discretamente le conto lo que sabia sobre esa relación, lo cual no era demasiado pues parecía que no solía enterarse de la cosas de su amigo, guardaron silencio cuando Takamiya se acerco invitando a Naoya a jugar con él, aquello le causo un malestar en su estomago pues parecía que Takamiya le coqueteaba a Naoya, acaso en esa “dimensión paralela” él sentía atracción por su amigo.

-Juguemos-

Se escuchó decir cuando ya noto la figura de Aoe ir hacia la otra mesa de lugar tomando un taco, el se quedo pasmado pues aquello le tomo de sorpresa, pero eso no era todo tal vez allí en esa dimensión supiera jugar, pero el estaba completamente seguro de que no sabia, trago saliva caminando hacia donde su “amante” se había detenido esperándolo.

Había agarrado el taco con inseguridad estaba casi segur que todos se daba cuenta de eso, pero al parece no había sido así, el juego inicio pareció ir bien hasta que de pronto escucho el regaño de Aoe eso le puso mas nervioso haciendo que en definitiva se equivocara a dar el tiro la bola prácticamente salió de la mesa contra la cabeza de Takamiya.

El regaño comenzó llenando su mente de los movimientos de billar, pero el por su parte no estaba prestando nada de atención en ese momento había notado mas el acto intimo de Naoya y Takamiya, Bueno decir intimo es demasiado, Takamiya sólo había pasado su brazo por sobre los hombros de Naoya, aquello le daba mas malestar a su estomago que sentía como si alguien lo golpeara.

-Aoe calmante a cualquier le puede pasar eso, simplemente hoy no es el día de Izumi.-

Takamiya había intervenido notando la mirada triste de Izumi, la cual indujo que era a causa del regaño por parte de su amigo, claro que ignoraba completamente que el malestar de Izumi había sido por él. Ante ese “accidenten” habían propuesto a que Aoe jugara con Naoya mientras el lo hacia con Izumi, no pareció impórtales mucho su opinión porque todos aceptaron así que se vio siendo instruido por Takamiya, pero simplemente no podía logra mucho avance.

Decidió olvidarse de todo y solo prestar atención al juego, pasando a empezar a divertirse olvidando las hora y el día, también se olvidaba de porque estaba allí o el hecho de que ese no era su mundo, sólo siguió disfrutando como si fuera lo mejor del mundo aquel juego.

~*~
Había pasado una semana, y seguía en el cuerpo de su “yo” de la dimensión desconocida, se había dado cuenta que ser el amante de Aoe no era tan especial como se imaginaba, era simplemente que daba un mayor atractivo ante su forma fría de ser, tal vez deseaba que Takamiya fuera a veces así, si, le gustaría que fuera mas egoísta y que no siempre deseara complacerlo, le gustaba que cumpliera todos su caprichos era cierto, pero a veces también necesitaba un poco de indiferencia.

Miro el departamento por el cual había vivido ya siete días, el sentimiento de la melancolía había llegado a su él, Estaba completamente claro que extrañaba su antigua vida, se preguntaba como podría regresa a su mundo, no, mejor dicho a su dimensión. Se levanto del sillón donde había estado recostado perezosamente, decidió salir a dar una vuelta tal vez en la calle encontraría un gitano, un duende, un mago o tal vez un genio que le ayudara a regresar a su vida.

Caminaba tranquilamente por la calle mirando a su alrededor buscando aquellos seres mágicos, en un segundo había pensado empezar a gritar a ver si uno llegaba a su llamado, pero a darse cuenta de su propia estupidez desistió y sólo andaba por andar, simplemente porque no deseaba regresar al departamento, donde sólo se encontraría aquellas paredes.

-Hola Izumi.-

Escuchó aquella voz tan alegre de Takamiya, sonrió a alzar la vista y encontrarlo allí, desde aquella reunión no lo había visto, así que realmente estaba feliz de verlo necesitaba saber que era en esa dimensión, bueno parecía todos tener los mismo empleos y vida, pero lo que realmente necesitaba saber es que si realmente el estaba interesado por Naoya.

-Te invito a tomar un café, ¿Tienes tiempo?-

-Si-

Contesto automáticamente, caminaron hacia una cafetería que no estaba lejos de allí, en realidad estaba a una cuadra, decidieron tomar la mesa fuera del establecimiento ya que desde allí se veía el parque, empezaron a hablar de cosas triviales a principio, entre bromas y algunos otros comentarios en molestia de Aoe.

-En realidad el motivo de mi invitación es para agradecerte tu ayuda.-

-¿Mi ayuda?-

Ahora si se le notaba toda la confusión en su rostro a que se refería, miro a Takamiya esperando su respuesta, mejor dicho esperando que le dijera la razón por la cual le agradecía, en esos días no se habían visto, así que debía de ser algo que hizo su otro yo.

-Si, por presentarme a Naoya. En realidad empezamos a salir hacer unos días.-

Se escucho como una taza se rompía, Izumi había perdido la fuerza en su mano así que no pudo sostener mas la taza, esa confesión había sido demasiado para él, esperaba cualquier cosas, menos que le dijera que él fue de Cupido para que esos dos anduvieran, aquella idea no le había agradado nada, ahora que podía hacer no tenia a Takamiya, era en ese instante que se daba cuenta de que verdaderamente lo amaba. No importaba cual feliz fuera él, Ni el amante perfecto que tuviera, él seguía amando a Takamiya en todas las dimensiones.
-Felicidades.-

Su voz se escuchó con molestia, el mesero se había acercado a limpia el desastre que allí ocurrió, él se levanto disculpándose para entra al establecimiento donde le indicaron que estaba el baño, la cuestión era para quitarse la macha aunque en realidad lo que quería era relajarse.

A salir paso a hablar un poco mas con Takamiya, pero cambiando el tema no quería molestarse mas con aquella conversación pues sólo lo hacia sentirse triste, así que había decidido preguntarle sobre su trabajo, cuando nuevamente se sintió seguro decidió retirarse abogando que Aoe lo esperaba, lo cual era mentira pues le había dicho que llegaría tarde. A lograr su cometido de escape corrió hasta su casa donde se puso a llorar, lo cual el mismo se reclamo aunque eso duro poco, en cuestión de instante empezaba a maldecir a Takamiya por hacerle eso.

~*~
Dos semanas mas pasaron en un abrir y cerrar de ojo, no se había divertido nada en ese tiempo aunque ya estaba mas acostumbrado a la vida con Aoe, En realidad eso se debía a que no había vuelto a encontrarse con Takamiya y con Naoya casi no hablaba con eso estaba bien, lo único malo de esos días es que últimamente no se sentía bien.

Su salud parecía mala lo cual era extraño él siempre había sido sano, se había dicho que eso pasaría en cuestión de día así que no le había mencionado nada a Aoe, pero él lo descubrió en un día que realmente estaba mal, se había levantado veloz ese día pasando a vaciar todo lo que había comido el día anterior en el baño. Aoe había hecho un interrogatorio que hasta los mismos emperadores hubieran sucumbido así que conto toda la verdad, le menciono que desde hace una semana había tenido malestares, los cuales se resumía en dolor de cabeza, nauseas, agotamiento y ocasionalmente mareo.

No había tardado nada en llevarlo con su hermano, el si que le daba miedo, pero trato de disimular dejando que lo revisara, se puso mas nervioso cuando Aoe se tuvo que ir y lo dejo solo con su hermano, aquello hizo que casi deseara escapar, pero se quedo mas tarde se pudo ir aunque casi lloraba le había hecho examen de todo y hasta juraba que se había divertido a su costa, le había sacado litros y litros de sangre, bien exageraba pero faltaba poco para que lo hiciera.

Mientras regresaba al departamento luego de pasar a comprar unas cosas se detuvo en una pastelería, en cuestión de segundo había tenido un gran deseo por un gran pastel de chocolate, así que se detuvo a comprarlo se fue mas que feliz directo al departamento, donde dejo todo lo comprado en la mesa, luego busco un cuchillo y tenedor.

Había cortado el pastel decidiendo saborear un rebanada en ese instante y dejar lo demás para la cena, pero su plan no salió como el deseaba, se había comido prácticamente todo el pastel dejando sólo la rebanada que sirvió y que se suponía que iba a comer.

-Me estoy volviendo loco.-

Se dijo así mismo a darse cuenta su gran apetito por el dulce, decidió guarda lo poco que se quedo, pero luego salió corriendo vaciando todo eso a sentir nauseas, tal parecía su estomago le recordaba que no era bueno comer tanto dulce a pensar de que le gustara, se sintió tan mal que mejor fue a dormir ni siquiera noto cuando Aoe llegó, se había dormido profundamente para que nadie perturbara su sueño.
Lo mejor hubiera sido no haber despertado ese día, la noticia que le llego a dar el hermano de Aoe casi lo mata, había esperado que fuera una broma, pero aquel rostro serio en lo que le dijo y su razonamiento fue suficiente para creerle, pero como era posible aquello tal parece en ese universo también cambiaba eso, aquella escena jamás saldría de su cabeza, era algo que no viviría otra vez.

-Traigo excelentes noticias.-

Un sonriente Kiichi entro al departamento pasando a sentarse en la sala mirando a su hermano con su misma sonrisa, este sólo se limito a verlo antes de correrlo necesitaba saber lo que le pasaba al mocoso, Izumi se sentó a lado de Aoe luego de servir café, tenia miedo de preguntar que le pasaba pues algo le decía que nada bueno.

-¿Qué es lo que tiene?-

-Felicidades van a ser padres.-

El quedo completamente congelado a escuchar eso, su manos no se movió no un milímetro a pensar de que su acto inicial era agarrar la taza con su café, la reacción de Aoe fue la menos esperada le arrojo el café al rostro de Kiichi cuando estuvo apunto de beberlo.

-Dejante de bromas-

Dijo en un tono molesto, eso le hizo despertar, si, era seguro que era una broma del loco y raro hermano de Aoe, pero este de pronto se puso serio mientras limpiaba sus lentes que se habían quedado machados de café, su rostro también ya había sido limpiados.

-Hermanito.- Aquellas palabras casi salieron como miles de agujas apunto de asesinar a alguien, continuo con sus palabras de una forma mas “calmada”. -No es ninguna broma, Izumi esta “em-ba-ra-za-do”.-

Lo había dicho silaba por silaba como esperando que así lo entendiera y fue allí que Aoe se levanto saliendo del departamento sin decir nada, él se había quedado sólo con el hermano de su amante, sonrió estúpidamente no sabia ni que decir o hacer, estaba aun asimilando aquella noticia que le había dado, el tiempo avanzo al parecer así quedo vario segundo pues había decidió hablar por fin el medico.

-Es impresionante saberlo, pero a pensarlo mas la idea es tentadora, él se sorprendió demasiado, pero conozco a mi hermanito seguro esta feliz. Toma.- Le paso una receta con indicaciones que seguir. -Son alimentos que debes de comer con más frecuencia y los que debes de evitar, cuando el salga de shock le indicare la próxima cita.-

Había sido tan forma con sus indicaciones que ni siquiera dijo nada, siendo sinceros simplemente había movido la cabeza en todo el rato que hablo hasta que por fin le vio irse, continuo sentado en el mismo lugar largas horas hasta que se levanto saliendo del departamento, no sabia a donde iría simplemente quería pensar mejor todo lo que allí vivía.

Sus pasos lo llevaron a un parque se sentó en una banca del paso mirando los niños jugar, eso era lo que debería de estar haciendo, pero en realidad no parecía hacerlo pues ni siquiera se había dado cuenta cuando ellos se fueron, tampoco se dio cuenta cuando las farolas fuera encendidas .

-¿Qué hare?-

Se cuestiono así mismo pasando a cerrar los ojos tratando de encontrar solución, sintió que alguien se acerco abrió la vista viendo enfrente de él un hombre con gabardina y cobrero oscuro, apenas podía distinguir algo en su rostro.

-¿Deseas volver?-

-Disculpe no se de que me habla.-

-¿Deseas volver?-

Volvió a cuestionar aquel hombre, la voz de aquel ser era algo escalofriante sintió un frio que calo hasta sus huesos, era una sensación de miedo, decidió levantarse pero cuando lo hizo escuchó de nueva esa pregunta, sólo empezó a correr, pero escuchó bien lo ultimo que dijo. “Si decides volver lo perderás a él”, aquellas palabras nos las comprendió y tampoco quiso hacerlo.

~*~

Dos meses desde la noticia, aquello ya se había hecho algo común, ya no pensaba en su vida “pasada” donde vivió con Takamiya eso era lo que pensaba, pero no todo lo que decimos es verdad, esa tarde averiguaría el porque. Aoe llego mas pronto de lo que era usual su relación era igual que siempre, aunque parecía de momento mas considerado por su embarazado.

-Naoya y Takamiya vendrán.-

Aviso como si no fuera algo importante, pero si lo era no se esperaba verlos a ellos dos, sentía que aun no estaba listo para enfrentarse a esa realidad, sólo asintió yendo a la cama pasando a abogar que estaba cansado, lo cual no era de todo mentira lo estaba aunque mas que eso era que prefería no saber mas hasta que los invitados llegaran.

Se había quedado dormido fue despertado mas tarde por su amante, así que se arreglo algo saliendo de la habitación pasando a ir a saludar los invitados que se veía tan felices juntos, la imagen de felicidad de ellos dos le rompía el corazón, Tal parecía que este no deseaba mentirle mas, a pensar de la felicidad que le había traído su embarazo no quitaba la ilusión o mejor dicho la verdad de que amaba a Takamiya.

Trato de disfrutar la velada todo iba bien, cada uno hablando de trivialidades cosa que no daba mucho impresión, pero no todo debía ser tan perfecto Takamiya por fin decidió hablar dejándolo helado a escuchar aquellas palabras, esas que jamás se esperaba.

-Nos casaremos en un mes y esperamos que ustedes sean los padrinos.-

Esas palabras resonaba en su cabeza una y otra vez, simplemente se levanto ni siquiera se disculpo ni nada, simplemente no había dicho nada se había ido a la habitación, todos quedaron impactados por la reacción de Izumi aunque lo atribuyeron al embarazo cual alejado de la realidad estaba.
Al encontrándose refugiado en la soledad de la habitación dejo escapar una lagrima a la cual le siguieron muchas mas, estaba listo para todo menos para aquello, el cansancio hizo de la suya cuando por fin lo abrazo para que descansara y olvidara por unos momentos de sus problemas. Así fue indiferente a como termino aquella reunión o que paso después de ellas, sólo se disculparía otro día, pero esperaba que ese día no llegara nunca.

~*~
Estaba en el mismo parque y en la misma banca en donde se encontró a ese hombre extraño hace días atrás, sospechaba que la respuesta que buscaba se encontraba allí por eso decidió dar un paseo, además así evitaba también que lo encontraran para ayudar en los preparativos de aquella boda.

-¿Deseas volver?-

Aquella pregunta se escuchó de nuevo a alzar la vista se encontró con aquel personaje que en pleno luz de día hacia su aparición, la luz de dial le permitió ver mejor lo que aquella noche no pudo ver, toda su vestimenta era negra, no sólo la gabardina y el sombrero, también lo que había debajo de ella, sus piel era pálida casi se parecía al mármol sus ojos se ocultaba por la sombra del sombrero, pero casi podía jurar que vio un tono rojizo en ellos.

-Si deseo hacerlo… Todo lo que vivo aquí es una ilusión, yo sólo amo a una persona.-

-Si confirmas tu decisión lo perderás a él.-

Aquella voz nuevamente calo un miedo temible que no tenia comparación, pensó que aquello no tenia importancia imaginando que hablaba de Aoe, pero a darse cuenta que el ser extraño miraba hacia su vientre que ya se mostraba supo la verdadera identidad de aquel que perdería.

-¿Por qué?, ¿Por qué debe ser uno u otro?-

Su voz era alterada completamente molesto y hastiando con aquello, acaso el destino siempre debía de ser tan cruel con todos aquellos que se marcaba por su régimen, lo miro con completa tranquilidad no parecía preocupado por las cuestiones que hacia aquel joven.

-En la vida no se puede tener todo, y aun en la muerte siempre falta algo. Cuando sepas la respuesta, y tu decisión sea tomada se repetirá el hecho que causo este suceso.-

Como si de un fantasma se tratara desapareció frente a sus ojos, el quedo completamente confundido con aquello mencionado al ultimo, no sabia que había causado que él estuviera allí así que como iba saber cuando decir su decisión, ¿Por qué todo debía ser tan confuso? , ¿Acaso era una prueba?, tantas preguntas vinieron a su mente pero decidió no pensar más.

Había regresado al departamento mirándolo nuevamente solitario, miro el reloj de la pared era las siete aun faltaba para que llegara Aoe, fue a descansar ya que lo necesitaba dormiría un rato hasta que llegara su amantes, se recostó en la cómoda cama esperando dormir, pero se vio interrumpido su descanso por el sonar del teléfono.

-¿Si?, diga-

-“Izumi, Buenas noches.”-

-Takamiya, buenas noches.-

-“Disculpa por hablarte, pero necesito tu ayuda.”-

-¿Mi ayuda?, ¿Sucede algo?-

Cuestiono preocupado esperando la respuesta del otro lado, pero a contrario de so escuchó una suave risa, lo cual lo dejo mas descolocado que al principio acaso Takamiya se había vuelto loco por lo que iba a hacer en pocas semanas.

-“No es nada malo, es que… Bueno deseo que me ayude a buscar un regalo de boda para Naoya.”-

Un silencio se hizo en ese instante, no espero que le propusiera aquello, ¿Por qué entre todas las personas el debía de ayudarle?, suspiro pasando a tomar fuerza de cualquier lugar debía de responder, al mismo tiempo que se respondía así mismo.

-Claro cuando desees podemos ir a buscar algo.-

-“Gracias, te hablare mañana para concretar una cita.”-

Se corto la comunicación, sintió las lagrimas que corría por su mejilla aquellas que salían con gran dolor de su corazón había aceptado su destino, cuando escuchó aquella pregunta había decidido lo que pasaría, por fin tenia la respuesta para aquel ser tan oscuro.

-Adiós Takamiya.-

Susurro cuando caminaba hacia el balcón, miró hacia aquel cielo tan estrellado y completamente puro, ninguna nueve nocturna se veía surca aquel oscuro manto, sólo se reflejaba las estrellas que danzaba a lado de la luna que parecía tener su contorno rojizo, se limpio las lagrimas que bañaba su rostro, luego su mano bajo a su vientre sintiendo el pequeño que crecía allí.

-Renuncio a Takamiya y sólo deseo verte crecer.-

Dijo con tanto anhelo sintiendo completamente en el corazón a pensar de que ese se dividía en dos, pero a pesar de eso y de que amara tanto a Takamiya ahora amaba más a su hijo, sabia que aun regresando a su mundo donde era gloriosamente feliz no se perdonaría haber asesinado a su hijo, así que prefería llorar aquel amor que fue suyo para abrazar aquel que nacería y que lo llenaría completamente.

-Que así sea.-

Se escuchó esa voz misteriosa que fue dos veces testigo de un deseo que era implorado con tanto fervor, la luna se había teñido completamente de rojo por unos segundo, sólo el tiempo donde se vio desaparecer aquel ser de las tinieblas. Izumi había regresado en a la cama decidiendo descansa, se había quedado profundamente dormido, abrazando a su vientre sintiendo el calor de aquella bella criaturita que seria su todo, mientras aquella ultima lagrima resbalaba por sus ojos dejando el nombre de aquel que despedía.

~*~
-Izumi despierta, Izumi-

Se escuchaba la voz masculina de su amante, se removió en la cama deseando no despertar aun estaba cansado, “Izumi”, escuchó nuevamente entre sueño luego sintiendo un beso en su cuello, continuaron muchos otros haciendo que se estremeciera, sus labios ahogaron un gemido cuando se despertó de golpes aquello no era su acostumbrado despertar en esos últimos tiempos.

-¡Takamiya!-

-Lo siento, sólo lo hice porque no despertabas.-

Se disculpo el mayor pensando que su amor se había molestado por su habitual forma de despertarlo, pero lo que siguió lo había sorprendido demasiado, el menor lo abrazo y beso, ni lento ni perezoso correspondió su beso, volviendo a recostarlo en la cama, mientras sus manos se vieron tomar vida, deslizándose lentamente hacia el citar de su pantalón jalándolo y empezando a bajarlo, ya que estaba tan cariñoso Izumi debía de aprovechar.

No sabia si estaba soñando, pero disfrutaría de ese encuentro por si seria el ultimo que vivía con él, sabia que su suerte ya estaba echada, alzo su caderas permitiéndole a Takamiya que bajara su pantalón de la pijama junto su ropa interior, se vio desnudo de la parte inferior sintiendo pronto las caricias de su amante, sus labios dejaron escapar gemidos cuando se vieron libre de los ajenos.

Takamiya se vio poner entre sus piernas, sus labios besaron la punta de su pene y lamio hasta la base, un gemido mas intenso se vio llenar aquella habitación, sus dedos se vieron enredar en los cabellos del mayor, movió su cadera a “voluntad” sintiendo como su sexo se vio apresado por la boca de su amante, empezando a extasiarlo de placer.

-Takamiya te amo.-

De sus labios escaparon aquellas palabras haciendo que su amante enloqueciera de amor por él, se vio dejar de atender a aquel miembro, tomando por asalto aquellos labios tan tentadores, lo besaba con verdadero salvajismo como si aquel fuera el ultimo beso. Las manos de Izumi fueron al pantalón del mayor abriéndolo y buscando en ellos la hombría de su amante, la cual ya estaba muy excitada a liberarla la acarició más el gusto sólo duro un segundo luego abrazo a Takamiya.

-Hazme…Tuyo y no permitas que te olvide.-

No entendió a su querido Izumi, pero lo penetro de una sola estocada como lo había pedido, ya que no le permitió que lo preparada de los labios de los dos escapo un intenso gemido el cual lleno toda la habitación, allí dos amantes que se amaban a locura se entregaba entre caricias y besos, en ese instante no había nada mas, no sentían dolor, angustia y mucho menos dudas. Eras dos almas que se funcionaba en una rogando por los dioses no separarse, siendo ajeno de que alguien observaba con gran satisfacción aquel encuentro y que les daba un regalo.

-El amor compensa todo no lo olvides, Izumi Sakashita.-

Aquellas palabras se la llevo el viento, mientras dos amantes llegaban al orgasmo viendo luces de mil colores que sólo confirmaba su amor, un calor subió al vientre de Izumi llenándolo de tranquilidad, Takamiya lo beso, salió de él descansado a su lado abrazándolo.

-¿Estas bien?-

-Perfectamente.-

Sonrió dejando mas confundido a su amante, pero a ver a su pequeño Izumi feliz él también lo estuvo sólo lo siguió abrazando, el menor había entendido que ya estaba en su realidad, y sentía que en poco tempo sabría de aquel bebe que esperaba en el otro mundo y que allí su vida se completaría.

~*~
Un mes desde su regreso había pasado y como sospecho ese día que volvió, ahora el medico confirmaba de su embarazo, diciéndole que ya estaba en su tercer mes, lo cual era extraño que no hubiera presentado síntomas antes, pero que no era de preocuparse que en ocasiones eso solía suceder que era un verdadero milagro pues poco era lo hombres que en ese siglo empezaba a mostrar señal de ser fértiles.

Takamiya estaba completamente emocionado había hecho una gran fiesta para celebrar, invitado a su amigo Aoe y a Naoya también, a verlo tuvo celos pensando que le quitaría a Takamiya, pero se dio cuenta que estaba perdidamente enamorado de Aoe así que sólo sonrió a su tonta preocupación, esa fiesta fue la mejor de todas. Así fue como el aprendió que no todas las fantasías deben cumplirse y que debes de saber perfectamente que es lo que quieres, Que nunca debes de dudar sobre algo que amas pues te puede costar muy caro.
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